Si eres comprador habitual en tiendas online en el Reino Unido, de los pre-orders de bandas británicas, es importante que sepas que ahora tienes unos impuestos que pagar, y gracias a ciertas empresas de transporte una comisión añadida. Aquí una experiencia real.
Como lector de esta revista y seguidor del rock, seguramente estás acostumbrado a comprar discos por internet. Muchos de vosotros seréis coleccionistas. De esos que les gustan reservar por “preorder” el último trabajo de vuestra banda o sello favorito desde el primer día que se anuncia. Pues bien, por si no los has sufrido ya en tus propias carnes, conviene que conozcas cómo el Brexit, y dicho sea de paso, la inoperancia de muchos músicos y discográficas británicas, se acaban de cargar este modelo de comercio musical. Sin olvidar las comisiones de mensajerías.
El pasado mes de septiembre, el que escribe compró por anticipado la edición Deluxe de ‘The Future Bites’ de Steve Wilson, un trabajo que en principio se iba editar en 2020, pero que a consecuencia de la pandemia se postergó hasta finales de enero de este año. Sabía que a final del año, la pérfida Albión abandonaría una Europa en la que nunca estuvo muy integrada. Pero daba por hecho que eso no podía afectar a las compras realizadas con antelación e imaginaba que con tanto tiempo para prevenir el posible impacto de la salida, la industria musical británica y sus tiendas especializadas online, que en gran medida no viven de ese “paraíso británico” ya que una porción enorme de sus ventas cruzan a Europa (en especial España, Italia, Francia, Grecia), tendría la suficiente previsión y cintura para adecuarse a las nuevas reglas y cuidar a sus clientes. ¡Qué equivocado estaba!
El 28 de enero me llega el aviso al correo que mi pedido había sido etiquetado, y que salía a destino con un número de seguimiento de la empresa de transporte. Sigo con curiosidad el viaje de mi paquete, tres días saltando hasta por tres instalaciones de la compañía en Inglaterra. En la última, ya aparece un mensaje sospechoso “Paquete retrasado por una interrupción relacionada con el Brexit. Se necesita un id. válida (fiscal, personal, aplazamiento) para despacho. Trabajamos para obtener esta información”. Falsa alarma. El día 1 de Febrero saltó a Francia y el 2 estaba en Madrid, pero pasa seis días parado con el críptico mensaje “Paquete retrasado por una interrupción relacionada con el Brexit. Ajustamos los planes de entrega lo más rápido posible” hasta que el día ocho, aparece en acción el despacho de aduanas con el mensaje: “El destinatario debe pagar los derechos o impuestos correspondientes al paquete”.
De repente me encuentro con el aviso de la empresa de transporte de que si no pago 40,55 euros (desglosados en 22,40€ como Cargos de la Administración del Estado, 15€ como Cargos de aduana y 3,15€ como IVA de sus “servicios”) devuelven mi pedido. Total indefensión. Obviamente de nada sirven ni mis reclamaciones a Townsend Music, empresa de distribución, ni a UPS, empresa de transporte, que tienen todo bien atado entre ellos en la letra pequeña, para que el pagano, el destinatario, se haga cargo de su falta de previsión. Tampoco recibo respuesta del mensaje enviado al email de contacto del artista avisándoles de la situación, y dándoles nota que yo soy el perjudicado esta vez, pero que si quiere seguir vendiendo discos en Europa más vale que hable con Boris Johnson.
Esperemos que la industria musical británica abandone la posición naif e infantil pensando que Europa no iba a ser tan dura, cuando Europa no es dura simplemente aplica los impuestos de su salida. Pero sabiendo desde el día que votaron lo que iba a pasar podrían haber modificado sus estrategias de distribución, buscando un servicio de transporte que no te cobre comisión por pagar los impuestos, o sea, volviendo al correo ordinario con el que al menos solo se paga IVA, en su lugar ya que fabrican los cds mayormente en Europa, haber realizado la distribución desde esos países. Llevar la bandera de UK en alto no es una política de atención al cliente.
Imaginamos que los años de dumping comercial de las tiendas online británicas con respecto a Europa, gracias a sus “grandes ventajas fiscales”, termina con los efectos del Brexit, y el cliente que compra discos lo hará a nivel local o en tiendas europeas. Pero cuidado con los pre-orders de aquellas bandas que tengan asentadas su logística comercial en el Reino Unido. Fíjate bien desde dónde hacen los envíos.
Oscar Luis García de Baquedano
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