Adiós definitivo al Night Of The Prog Festival en una jornada cargada de emociones… y lluvia al final.
Empezamos la tercera jornada con The Windmill. La veterana banda noruega deleitó a los seguidores más clásicos con su neo progresivo con toque heavy, y arreglos de flauta con referencias a Jethro Tull. Aunque teníamos puestas altas expectativas en los polacos Amarok, no consiguieron desplegar el sonido envolvente de sus discos en estudio. El exceso de pregrabados (no tenían teclados), y el bajo volumen de la guitarra y voces restaron impacto a su progresivo atmosférico.
Meer como pronosticábamos fueron unos de los triunfadores. Su progresivo con mucha melodía pop y arreglos orquestales sonó épico y enganchó al instante con las gradas. El despliegue vocal de los dos gemelos Nesdal fue apabullante. Johanne desgarró su garganta como solo lo hacen las grandes divas de las música negra. Por ponerles un pero, también la guitarra sonó baja.
The Flower Kings, como Lazuli, se vieron lastrados por problemas técnicos que les obligaron a acortar su actuación. Eso sí apostaron por la épica con 45 minutos de finura progresiva, gran sonido y un final memorable con ‘Stardust We Are’.
Steve Rothery y su banda fueron otros de los triunfadores. En principio, no soy muy partidario de montar una banda de tributo cuando tu banda todavía está en activo, y hubiera preferido algo que más de dos temas (eso si fantásticos) de su propio material en el repertorio. Pero es que la calidad y pegada de su baterista ,y el poderío vocal de su cantante hicieron que los clásicos y no tan clásicos de Marillion sonaran con mucha fuerza. Excepcional.
Y lo que debiera haber sido una fiesta, tras los agradecimientos y despedida al organizador, la actuación estelar de Big Big Train quedó deslucida por la lluvia, que se inició cinco minutos antes de comenzar y paro con el último tema.
Mucha gente abandonó, y aunque Alberto Lavin y Nick D’Virgilio se esforzaron por animar a los valientes que resistimos, la sensación no fue la del conciertazo que esperamos. Alberto no estuvo en plenitud vocal y el sonido era algo confuso. La trompeta apenas se oía, al igual que la guitarra de Foster. Lo mejor la potencia de ‘East Coast Racer’ y ‘Apollo’, y la emoción de ‘Love Is The Light’. Lo peor que la ausencia de la sección de vientos dejaron fuera del repertorio gemas esenciales de su sonido.
A pesar de ello, un gran balance de jornadas progresivas con Riverside, Steve Hackett y Steve Rothery como grandes triunfadores entre los veteranos, unos Lazuli que llaman insistentemente a cotas más altas y la aparición estelar de la joven promesa Meer.
Oscar Luis García de Baquedano (de vacaciones progresivas con Oscar Plaza)
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Resumen Flash Primera Jornada
Chetos Magazine fiesta desfasada de prog pastiche, pero se ganaron a la gente. La mayor ovación de las bandas de la tarde. Izz: prog etéreo con cantantes femeninas, sonaron bien pero prescindible. Sylvan buen concierto, en su línea melódica, tono Marillion. Hubieran lucido mas por la noche. Alex Foster Band: Post rock, stoner un poco Black Crippled. Algunos temas bien pero un poco repetitivos. Arena: Damion Wilson es un monstruo. El mejor cantante que han tenido. Lo bordo a la voz, y como frontman se enganchó al público. Muy buen setlist, pero una lástima que no esté Jon Mitchell (que está de gira con Asía). El chaval que llevaron a la guitarra no tenia nada que ver. Metalero pero sin la sensibilidad de Mitchell. Riverside ¡Como han cambiado! Se han hecho grandes. Conciertazo de sonido, luces y repertorio. Al nivel Porcupine Tree. La putada es que estábamos ya cansadísimos entre el milagro vuelo tempranero (nos libramos).
Resumen Flash Segunda Jornada
Como había que reservar fuerzas ante una jornada nos saltamos Gerald y Ritual. Karnataka desplegó su progresivo atmosférico con toques orientales al inicio y una parte final épica. Sertari puso todo su magnetismo vocal y escénico y Luke Machin dejó grandes solos de guitarra. Los suecos Beardfish sorprendieron con una primera parte de temas del nuevo disco que saldrá en noviembre cantados en inglés. Dejaron la segunda para el repaso de viejos temas, de su progresivo intrincado mezclando la rudeza crimsoniana y los aires folks nórdicos. Después de diez años no han perdido su toque.
Lazuli son un valor seguro y nunca fallan. Lástima que por fallos técnicos de micro en el arranque les robaran 15 minutos de concierto. En una hora se agrandaron con un concierto colosal. El público con sus ovaciones trató que la organización les diera más tiempo pero fue imposible.
Pendragon arrancó al atardecer con los aires folkies de su último trabajo. La incorporación de dos coristas (una violinista) se quedó un poco desaprovechada. La parte final con los seguidores ya volcados se reservó para los clásicos, ‘Paintbox’ y ‘Breaking The Spell’ especialmente coreados.
Y qué decir del Maestro Hackett y su banda estratosferica. Una master class concentrada de casi dos horas donde brillaron por igual los temas de su nuevo álbum y los temas de Genesis, con especial atención al ‘The Lamb Lies Down on Broadway’ (media hora). Interpretaciones majestuosas. Una jornada muy completa.
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