Esta semana en Reload recordamos el ‘Born To Run’ de Bruce Springsteen
El pasado día 25 de agosto se cumplió medio siglo de la publicación de uno de los pilares fundamentales de esta música que nos remueve el alma.
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Se ha escrito tanto -y de tantas formas- acerca de ‘Born To Run’, que no voy ni siquiera a intentar crear el enésimo texto describiendo, desmenuzando las ocho piedras preciosas que lo conforman… pero no me puedo resistir a dejar en negro sobre blanco unas líneas acerca de lo que me inspira uno de esos discos que son fiel retrato de una época, de una forma de ver el rock, que rebosa vida y verdad en todos y cada uno de los surcos.
Porque ‘Born To Run’ es más que un álbum monumental. Es un épico cuento urbano, formado por un puñado de historias narradas con el corazón acerca de perdedores, pecadores y amantes.
Un fresco de las esperanzas y sueños del pueblo y de la juventud. Una sobrecogedoramente dura y bella historia que se alza de entre el barro en las grietas del cemento y el pavimento, envuelta en una de las portadas más icónicas y geniales jamás creadas. Ocho temas acerca de lo que sientes cuando el hambre por la vida te devora.
Dentro, el juego entre los teclados, las guitarras y la rota voz de la protoestrella Springsteen nos hablan acerca de ver el vestido y el cabello de la mujer que amas flotar en el viento mientras huis de un pueblo de perdedores, de cómo la noche es el momento de librarse de esa peste mundana que la rutina diaria deja en tu mente y alma, y buscarla a ELLA, solo para arrodillarte en su presencia en la oscuridad, mientras sientes ese trueno en tu corazón que hace que todo tenga sentido.
Porque los vagabundos como nosotros, Eddie, nacimos para correr hacia una cita al otro lado del río, con ese tipo que nos dará una última oportunidad de dar un golpe definitivo.
Todo coronado por esa abrumadora ópera callejera llamada ‘Jungleland’, donde un elenco de personajes nocturnos bailan por una ciudad sin nombre mientras corren, pelean o tocan (¿hay alguna diferencia?) por la salvación de sus almas, como hace el El Rata con la Chica Descalza en su máquina fardona a través del límite del estado de Jersey, mientras que el Big Man nos deja el solo de saxofón más maravilloso para la eternidad.
Astronomy Domine
“Porque acaban heridos, pero no muertos, esta noche en Jungleland”.
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