Esta semana en Reload recordamos el ‘Feral Roots’ de Rival Sons

This Is Rock, This Is Metal, Especiales a la Venta

Tras el (a mi parecer) sólido, pero no genial ‘Hollow Bones’, temía que Rival Sons hubiesen alcanzado una cima creativa temprana con ‘Great Western Valkyrie’.

Y entonces, como para acallar cualquier rastro de duda que pudiese albergar llegó ‘Feral Roots’.

Oh, señor.

Quizá el conjunto de temas más variado y mejor acabado que la banda jamás haya publicado, ‘Feral Roots’ es una lección magistral en composición, actitud, interpretación y versatilidad estilística, integrando de forma más que coherente todos los elementos que la banda había ido añadiendo y desarrollando a lo largo de su discografía. Todo ello al servicio de once apabullantes y matadoras canciones.

Desde el soul al blues, pasando por el folk y vuelta a empezar, todo gobernado desde la atalaya de un rock n’ roll que huele a clásico imperecedero y engastado en una actitud que fluye a raudales, ‘Feral Roots’ se siente (¡se vive!) como si los Hijos Rivales estuviesen canalizando una fuerza primaria, como si Chuck u Otis hubiesen estado susurrando al oído de Jay Buchanan (voz) o Scott Holiday (guitarras) mientras estos garrapateaban febrilmente sobre las hojas que llevarían al estudio para compartir con el resto de la banda e infundir trinitrotolueno sonoro al mundo.

Para ser honestos, ‘Do Your Worst’ no me enganchó cuando salió como primer single: me parecía un tanto falto de nervio y su estribillo me parecía demasiado amable. Sin embargo, puesto en perspectiva dentro del resto del disco, el tema ha acabado teniendo sentido y es un digno aperitivo para abrir el disco, y en directo ayuda a establecer esa comunión con el público que justifica cualquier bolo de verdadero rock and roll.

Tras ella, lo que encontramos solo se puede definir como una orgía de canciones perfectas, desde la chulería, los teclados abrasadores y el cencerro agita caderas de ‘Sugar On The Bone’, que fluye hasta esa bestia rítmica llamada ‘Back In The Woods’ y su estribillo empapado en unos coros femeninos que le otorgan esa pátina soul que, para nuestro deleite, impregnan prácticamente todo el álbum, dándole un extra de estilo (escuchad ‘Stood By Me’ o ‘Imperial Joy’), mientras sirven de contrapunto al poderoso rugido de Buchanan y el adecuadamente tono sucio, rebosante de fuzz de Holiday… Un contraste que encontraremos por todo el disco y que, sin duda, ayuda enormemente a convertirlo en esa completa y total victoria de la que hablo, y uno de los mejores álbumes de rock de lo que llevamos de siglo.

No puedo dejar de mencionar lo que considero el núcleo, el corazón de este maravilloso artefacto, que abre con la deliciosa ‘Look Away’ y su intro de sabor oriental (heredera directa de esas pinceladas de exotismo que la banda ya había exhibido con anterioridad en cosas como ‘Nava’ de ‘Head Down’), invitándonos a estar más presentes en nuestras vidas y a no desviar la mirada ante las injusticias, para luego noquearnos con la canción título y su magnífica mezcla à la Led Zeppelin de belleza y contemplación acústica en los versos y potencia eléctrica en el estribillo, junto con una letra mística y espiritual en la mejor tradición Buchanan.

Toda esta buena voluntad y positividad musical es entonces, para mayor efecto, derribada de un plumazo por (para mi) la mejor canción del disco: la monumental y cabreada ‘Too Bad’. Un power blues abrasador, denso, abrumador y venenoso donde Jay deja al resto de vocalistas contemporáneos en las cunetas de polvorientas carreteras mientras rebosa dolor, rabia, sentimiento y alma, respaldado por un riff asesino marca de la casa Holiday -quien saca a relucir uno de sus más sucios y tenebrosos tonos fuzz-, y una sección rítmica atronadora, de una autoridad inapelable. Sencillamente monumental, uno de esos temas que justifican un disco y, si me apuran, una carrera.

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‘Shooting Stars’ cierra con estilo, sabor góspel (coro y palmadas incluídos) y un poderoso y necesario (más en los tiempos que nos ha tocado vivir) mensaje positivo canalizado por una de las interpretaciones más ceremoniales y sentidas de Buchanan.

El abajo firmante tuvo la suerte de presenciar este tema interpretado en directo en el concierto que la banda ofreció en el Roundhouse londinense en febrero de 2019, cuando el coro góspel del propio Roundhouse (que no es únicamente una sala mítica, sino que también alberga una fundación que promueve el arte joven y urbano) ofreció a los allí presentes un colofón lleno de luz y esperanza para una ceremonia de rock n’ roll preparada para la salvación de nuestros corazones y almas.
Astronomy Domine


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