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Cinco blues para celebrar el día de San Valentín

This Is Rock, This Is Metal, Especiales a la Venta

Qué mejor que celebrar el día de San Valentín que con cinco blues. El mes de febrero, conocido por ser el más corto del calendario, es célebre por ser el mes de los enamorados.

Atrás ha quedado la historia de la celebración, su posible surgimiento como ritual de fertilidad en la antigua Roma conocido como la celebración de la Lupercalia, y su evolución dentro del mundo de la cristiandad vinculada al patrono de los enamorados, San Valentín.

En la actualidad, el 14 de febrero se ha designado para festejar el amor y la amistad dentro de un contexto secular y de consumismo. En este contexto moderno donde se privilegia la compra de regalos como manifestación del amor o la amistad expresados, la música, aunque inmersa en la vorágine del consumismo, tiene un carácter distintivo al apelar a lo profundo de nuestro sentimientos.

Y si existe un sentimiento al que haya apelado la música, ése es el amor, según el especialista Ted Gioia: “fuente de inspiración de alrededor del 90% de nuestras melodías favoritas”. Así que no resultará difícil encontrar canciones de amor para dedicar (no regalar), en el día del amor y la amistad.

Entre la infinidad de canciones de amor a las que podemos recurrir para celebrar el 14 de febrero, el blues presenta una colección de canciones de lo más intenso: amor, desamor, perdida, engaño, etc. Si bien la letra es fundamental a la hora de elegir un tema, los solos de guitarra que atraviesan muchos de los blues son igualmente de elocuentes e intensos que las palabras. Así que aquí vamos a recomendar cinco grandes canciones de blues con grandes guitarras.
Por Christopher Rangel

Oh, Pretty Woman – Albert King (1966)

En una entrada de la revista Guitar World, Alan Di Perna asevera: “Clapton tomó el famoso solo de ‘Oh, Pretty Woman’ de King y lo insertó en ‘Strange Brew’ del influyente álbum de 1967 de Cream, ‘Disraeli Gears’”.

No es de extrañar que Clapton cayera bajo el hechizo de ‘Oh, Pretty Woman’; el groove dinámico y embriagador del tema más la líneas fulgurantes de la guitarra y la voz aterciopelada de Albert King, la vuelven irresistible. Se trata de esa concepción de la cual King comentó al entrevistador Alan Paul, ante la pregunta: “¿Piensas en la guitarra como una segunda voz? Sí. Tocó la guitarra cantante, así es como siempre la he llamado. También cantó junto con mis notas, es como pienso sobre hacia dónde voy”.

Ésa fue la noción de la que se desprendió ‘Oh, Pretty Woman’, en su letra se puede percibir el encantamiento del amor: “Mujer bonita / ¿Qué te pasa contigo? / No puedo hacer que me ames / No importa lo que haga / Oh, mujer bonita / ¿Qué tratas de hacer? / Seguiste tonteando hasta que me quedé atrapado en ti / Así que sólo deja ese lío y baja de tu trono / Deja de usar mi pobre corazón como un trampolín”.

Grabada y lanzada como sencillo en el año de 1966, la canción se incluyó en el mítico álbum ‘Born Under A Bad Sign’, publicado por el sello Stax en 1967. En este trabajo que reúne muchos de los sencillos de Albert King, ‘Oh, Pretty Woman’, es una de las joyas más brillantes.

I Just Want to Make Love To You – Muddy Waters (1968)

Para el año de 1954 la asociación entre el padre del blues de Chicago, Muddy Waters, y el compositor, músico y productor Willie Dixon, produjo uno de los grandes éxitos de esta colaboración: ‘I Just Want to Make Love To You’.

A mediados de aquel año, el sencillo logró posicionarse entre los cinco primeros puestos de las listas de lo más escuchado de Juke Box y de ventas de Best Seller. El atractivo de la pieza radicó en su letra provocativa impulsada por la profunda voz de Waters, aunada al espléndido sonido de la banda. Un tema cuyas insinuaciones sexuales eran abiertamente explícitas, en el primer verso se le escucha cantar a Waters: “No quiero que seas una esclava / No quiero que trabajes todo el día / No lo quiero porque estoy triste y deprimido / Sólo quiero hacer el amor contigo…”. Una manifestación de deseo carnal, directo y sin tapujos; en una entrevista Dixon declaró sobre el origen de la trama: “Todo el mundo hace el amor de una forma u otra y muchas veces a la gente le gustaría decir: ‘Maldita sea, me gustaría hacerte el amor’”.

Aunque la magia primigenia de la grabación de 1954 es única, la versión que Waters grabó en 1968 (catorce años después), para el álbum de blues psicodélico ‘Electric Mud’, es tan arrolladora como su lisérgica guitarra. ‘I Just Want to Make Love To You’, es el tema de apertura del álbum, una reelaboración audaz donde el toque distintivo a la armónica de Little Walter, que figuró en primer plano en la versión original de 1954, da paso al toque a la guitarra del hechicero de las cuerdas Pete Cosey. Bien podría decirse que se trata de una versión diáfana en sus deseos pero onírica en su visión.

The Thrill Is Gone – BB King (1969)

El tema insignia de BB King, el sencillo que subió al puesto número 3 en las listas de R&B y al número 15 de Hot 100 de Billboard, trás su salida al mercado en 1969. La pieza que sirvió como cierre al álbum Completely Well y que a la larga se convertiría en un estándar del blues. El rey recordaría: “Me había fascinado una canción que Roy Hawkins hizo… allá por los años cincuenta, llamada “The Thrill Is Gone”. Algo en la canción me persiguió. Era un tipo diferente de balada de blues y la llevé en mi cabeza durante muchos años. Lo había estado organizando en mi cerebro e incluso probé un par de versiones que no funcionaron, pero esa noche en Nueva York, cuando entré a grabar, todas las ideas se juntaron. Cambié la melodía para adaptarla a mi estilo y Bill Szymczyk (productor) configuró el sonido agradable y suave.” La guitarra de King, su inseparable Lucille, lleva la batuta, mientras el toque fluido y flexible de la banda más el arreglo de cuerdas sirven de marco para el hondo cantar que expresa: “La emoción se ha ido, cariño / La emoción se ha ido / Sabes que me hiciste mal, cariño / Y algún día te arrepentirás… Estoy libre de tu hechizo / Soy libre, libre, libre ahora / Estoy libre de tu hechizo / Y ahora que todo ha terminado / Todo lo que puedo hacer es desearte lo mejor.” BB King diría de “The Thrill Is Gone”: “llamó a la canción el mayor y único éxito real para mí.”

Killing My Love – Michael Bloomfield (1969)

Este corte se editaría como parte de dos álbumes en el año 1969: ‘My Labors’ de Nick Gravenites y ‘Live at Bill Graham’s Fillmore West 1969’ de Michael Bloomfield With Nick Gravenites & Friend.

Un tema impactante que logra su poderío a través de la fortaleza de la letra y el canto de su autor Nick Gravenites y el trabajo incendiario a la guitarra de Michael Bloomfield. Entre el impulso de la banda y las líneas al rojo vivo de Bloomfield, el canto de Gravenites se alza: “Estás matando mi amor en todos los sentidos / Estás matando mi amor día a día / Y si lo logras, Señor / Te perseguirá hasta el día de tu muerte… Pero no mereces mi tiempo / Obtendrás lo que mereces, nena / Más adelante en la línea”.

Se trata de un momento catártico, donde el canto intenso y las embestidas de guitarra se retroalimentan mutuamente. “Killing My Love”, es uno de esos momentos en donde toma sentido lo dicho por el tecladista Barry Goldberg sobre Bloomfield: “Nadie tuvo nunca esa intensidad, ese ardor, en su forma de tocar.”

Who’s Be Talking – Samantha Fish (2013)

Un tema original del catálogo de Howlin’ Wolf, publicado en el año 1957. Este sencillo que también figuró como parte del álbum ‘The Rockin’ Chair Album’, es reconocido por su swing vibrante de aire latino. La voz anhelante y el toque seductor de la armónica de Wolf más la guitarra que se contonea de Hubert Sumlin, la vuelven única. No obstante, este tributo de Samantha Fish, brilla por derecho propio.

En esta reelaboración la guitarra aúlla con la esencia de Wolf, a diferencia de la versión original, la guitarra juega en primer plano acompañando al toque de armónica. El canto apasionado de Fish articula con aplomo la letra: “Mi bebé tomó el tren, me dejó solo / Mi bebé tomó el tren, me dejó solo / Ella sabe que la amo, ella me está haciendo mal… Bueno, adiós nena, odio verte ir / Sabes que te quiero, soy la causa de todo / Yo soy la causa de todo”.

La reelaboración de este clásico es un eco de lo expresado por Fish en una entrevista: “Solo estoy tratando de tomar lo que amo e internalizarlo, y tal vez sacar algo que suene un poco diferente. Creo que eso es importante, porque de esa manera atraes a gente nueva”.

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