Este mes la portada y uno de los artículos principales está dedicado a Dire Straits ‘Brothers in Arms’, un disco que marcó una era.
Al margen de las canciones, hay que reconocer que ninguno otro disco de Dire Straits suena tan impecable como éste, y por muchas razones. Está claro que Mark Knopfler quería que este disco sonara distinto a los anteriores. Para lograrlo, el grupo se encerró en la remota isla caribeña de Montserrat con un estudio digital de 24 pistas, una auténtica rareza para la época. Además, fue uno de los primeros álbumes lanzados en formato cd.
La grabación tomó varios meses, desde octubre de 1984 hasta febrero de 1985. El perfeccionismo de Knopfler y su obsesión por la calidad llevaron a expandir la formación a cinco miembros (luego seis, tras un cambio de baterista).
El disco deja claro desde el primer tema, ‘So Far Away’, que no habrá tregua. Un inicio magistral, con un Knopfler en plena evolución y un estribillo hipnótico (‘You’re so far away from me’). El único defecto de ‘Brothers in Arms’ podría ser la duración de algunas canciones (la versión en vinilo se recortó 8 minutos), pero al escucharlo, te sumerges tanto que eso pasa a segundo plano.
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Knopfler siempre fue un maestro de la palabra, y aquí su pluma alcanza cotas excepcionales. Habla de la guerra (‘Brothers in Arms’), la desigualdad social (‘The Man’s Too Strong’), la soledad (‘So Far Away’) y las falsas promesas del éxito (‘Money for Nothing’). Sus versos no son meros acompañamientos, sino relatos profundos que invitan a la reflexión
So Far Away
El álbum arranca con ‘So Far Away’, una pieza donde el inconfundible estilo guitarrístico de Mark Knopfler se funde con una letra melancólica sobre la distancia y la pérdida. Es la introducción perfecta, un preludio que anticipa el tono íntimo y reflexivo del resto del trabajo.
Money For Nothing
El megahit absoluto, con esos riffs iniciales que son pura adrenalina. El propio Knopfler explicó su origen: “El protagonista es un tipo que trabaja en una tienda de electrodomésticos. La escribí ahí mismo, tomando prestado un trozo de papel para anotar sus palabras. Quería capturar su jerga real, porque era auténtica”. Dato curioso: Sting participó grabando el «I want my MTV» durante su visita a Montserrat. Esa colaboración le valió un crédito como coautor.
Walk Of Life
Un himno para estadios, aunque el productor Neil Dorfsman no estaba convencido de incluirla. Por suerte, perdió la votación.
Your Latest Trick
Con un saxo legendario de Michael Brecker, tan imitado que en las tiendas de música prohíben tocarlo (como pasa con ‘Stairway to Heaven’).
La segunda mitad del disco pese a rebosar de un sonido optimista su tematica se vuelve más oscura con la guerra. Tras la inquietante ‘Why Worry’, el disco gira hacia temas bélicos, con excepción de ‘One World’ (un respiro antes del final). La pieza que cierra el álbum, ‘Brothers in Arms’, es una desgarradora elegía antibélica donde la guitarra de Knopfler parece llorar por los caídos.“Somos tontos por hacer la guerra contra nuestros hermanos” dice Mark. El solo final es sublime, pero todo se apaga lentamente, como un adiós.
Más que una colección de canciones, ‘Brothers In Arms’ es una declaración artística completa, donde cada nota y cada palabra tienen peso. Combina a la perfección virtuosismo técnico, profundidad emocional y crítica social, erigiéndose como un modelo atemporal.
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