Descubre cómo la distorsión fuzz en ‘Satisfaction’ de The Rolling Stones y precedentes marcaron un hito musical
Aún lo recuerdo como si hubiera sido ayer: mi padre trayendo a casa un armatoste color café con acabados plateados, un estéreo Fisher, según me dijo cuando pregunté. El impacto por el enorme tamaño del mueble fue cautivante, los altavoces eran casi de mi estatura, quizá yo más alto por unos centímetros a mis cinco años de edad. Aunque el momento que me resultó decisivo llegaría más tarde, cuando mi hermana mayor empezó a maniobrar los potenciómetros frontales de aquel monstruo y al instante el objeto cobró vida.
Diversos sonidos empezaron a salir por los parlantes, ruidos atravesando los cuadrantes de la radio en busca de sintonizar alguna estación. El sonido se clarificó y ahí estaba, el zumbido de una guitarra rugiendo, envolviendo la habitación en la que nos encontrábamos y cubriéndome bajo su hechizo. Años más tarde conocí el título de aquella canción: ‘(I Can’t Get No) Satisfaction’ de The Rolling Stones.
Ese peculiar sonido de guitarra que me embelesó a los cinco años era el de la distorsión fuzz, un efecto que ocupó el guitarrista Keith Richards para dar carácter a la canción. Según lo ha contado el guitarrista en múltiples entrevistas, el icónico riff de guitarra le llegó entre sueños; ahora bien, la inspiración del uso de la distorsión fuzz parece aún toda una incógnita. Mick Jagger diría sobre la canción: “Fue muy impresionante la forma en que esa canción y la popularidad de la banda se convirtieron en algo mundial. Tiene un gran sonido de guitarra, que era original en ese momento. Y captura el espíritu de la época, que es muy importante en ese tipo de canciones».
Ya atrapado por la música y con fuerte gusto por la guitarra fuzz rock, la vida me llevó por múltiples senderos atravesados por ésta distorsión. El primer camino me condujo al primer gran éxito con distorsión fuzz, el tema de 1961 ‘Don’t Worry’, de la estrella del country Marty Robbins. El guitarrista de sesión Grady Martin fue el responsable del sonido fuzz en la canción, el mismo artista que ya bajo su nombre interpretó ‘The Fuzz’, instrumental de 1963 que muy probablemente sea el primer tema en usar como título el nombre de la distorsión. Ambos temas precedentes del emblemático ‘Satisfaction’ de los Rolling Stones, y toda una fuente de inspiración para Keith Richards. El legado de Grady Martin es tan sobresaliente que Bob Moore (músico de sesión), que tocó junto a Martin en diversas grabaciones, le reconocería como «el mejor guitarrista de Nashville.»
La siguiente vía me dirigió a conocer la era dorada de la distorsión fuzz, la década de los 60. Muchas fueron las bandas en ocupar en aquel entonces la nueva distorsión. El dios de la guitarra Jimi Hendrix traía como parte de su arsenal un pedal de fuzz, sonido que quedó diseminado por todo Are You Experienced?, primera placa discográfica con su banda The Experience. A esta razón Hendrix comentó: “Conseguimos muchos sonidos diferentes… el feedback que se oye es de un ampli normal y una movida fuzz que he construido.” Pero no sólo era Hendrix, también era Robber Fripp con un uso más matizado de la distorsión fuzz en In the Court Of The Crimson King, piedra de toqué del rock progresivo. O Jimmy Page, en The Led Zeppelin I, sólo hay que escuchar ‘How Many More Times’.
Otros grandes de la guitarra también acudieron al fuzz, Jeff Beck la empleó en diversos momentos con The Yardbirds y luego con The Jeff Beck Group. Por su parte, Robby Krieger la usó en ‘When the Music’s Over’ con The Doors: «La distorsión fuzz era todo lo que teníamos», un recuerdo del guitarrista de aquel 1967, año en que se grabó la canción para el mítico álbum Strange Days. Sin duda, la década de 1960, tuvo la más grande explosión de canciones de guitarra con distorsión fuzz, no sólo aquellas elaboradas por los grandes nombres, sino también, por todas aquellas bandas de rock de garage que hicieron un uso constante de la distorsión.
Para cuando llegue al camino posterior a la década de los 60, el usó del fuzz había disminuido pero no decaído. Nuevos efectos de distorsión irrumpieron en el panorama musical y con ello diversos músicos buscaron nuevos horizontes. No obstante, diversos devotos del fuzz mantuvieron la llama encendida. En lugares tan remotos como Zambia se encontraba el guitarrista Paul Ngozi, quien hizo un uso profuso del fuzz en los diversos proyectos en lo que intervino. En Australia se hallaban The Stems, un grupo de revival garage con un uso increíble de guitarra fuzz. Por su parte en Estados Unidos la agrupación encabezada por Rudi Protrudi, The Fuzztones, hacía un claro homenaje a la distorsión al nombrar a la banda como el famoso pedal fuzz-tone. “Mi misión, al menos con The Fuzztones, era llevar una cierta forma de música, que era lo que ahora se denomina ‘garaje de los 60’, a la conciencia de un público que, hasta los Fuzztones, no estaba familiarizado con ese estilo de músic”a. Una visión revivalista donde el fuzz fue esencial para los logros de Protrudi y compañía para conseguir sus metas.
El poder sónico del fuzz es lo que ha otorgado su vigencia a ésta distorsión, su pasado glorioso la ha reafirmado como una favorita de los guitarristas, mientras que su increíble zumbido ha encontrado nuevas generaciones de adeptos. En el ocaso de la década de 1980, los pioneros del grunge, Mudhoney, acudieron al fuzz para manufacturar temas como ‘March to Fuzz’ o apelaron a combinar dos nombres de pedales de distorsión fuzz para nombrar a su EP debut: Superfuzz Bigmuff. Para la década de los 2000, otra banda de garage con sonido vintage, The Black Keys, desprendieron un torrente de guitarra fuzz digno de una nueva era. El vocalista y guitarrista Dan Auerbach, señaló su predisposición por la distorsión fuzz al reconocer que la “estuvo usando desde el primer disco de The Black Keys.”
El recuerdo de aquel día de niñez con aquel aparato fisher está fijado en la memoria, una remembranza de un zumbido de guitarra que me sigue convocando. Una distorsión con más de seis décadas en la palestra, un sonido con un poder tan cautivador que hace que hoy día músicos de distintas latitudes lo siguen ocupando. Sólo hace falta citar un ejemplo para ratificar la vigencia de la distorsión fuzz. En una entrevista de 2016, Ty Segall, miembro de la banda Fuzz, habló sobre el porqué del nombre de la agrupación: “Nos referíamos a ella como la banda de Fuzz porque hay mucho fuzz y luego simplemente se quedó. Para mí, es genial porque es tan básico y tonto de una manera que es casi como un anti-nombre.” Así que deseemos: ¡LARGA VIDA A LA DISTORSIÓN FUZZ!
Christopher Rangel
Comentarios Cerrados.