Foo Fighters han iniciado una nueva etapa, la banda liderada por Dave Grohl nos presenta ‘Asking For a Friend’, y anuncia gira por Norteamérica

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Los Foo Fighters se están preparando para su próxima etapa. Tras adelantar a principios de este mes ‘Today’s Song’, una nueva canción típicamente contundente con un breve fragmento instrumental que invita a levantar el puño, la veterana banda liderada por Dave Grohl presenta el abrasador sencillo ‘Asking For a Friend’.

El nuevo single eleva aún más la energía e intensidad de su predecesora ‘Today’s Song’, apostando por unos versos hipnóticos que van creciendo hasta explotar en apasionados estribillos que repiten: “¿Qué es real? Lo pregunto por un amigo…”. El frenesí final de la canción se detiene bruscamente con un desgarrador “¿O es este el final?”.

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Dave Grohl escribió un texto sobre la inspiración detrás de la nueva música y la gira que se avecina en Norteamérica en 2026:

“Ojalá que mañana despeje y puedas verlo. Es un espectáculo tan hermoso”, me dijo el conserje con un tono ligeramente apenado.

Sonreí y salí a la terraza exterior del hotel, bajo una suave lluvia de media tarde. Mirando hacia las tranquilas aguas del lago Kawaguchi, solo vi a lo lejos una densa y impenetrable pared de mal tiempo. Sabía que el monte Fuji, la montaña más alta de Japón y una de las maravillas naturales más majestuosas del mundo, estaba escondido en algún lugar tras aquellas nubes, en un solemne letargo. Cada mapa, folleto y fotografía me prometían que estaba allí, a poca distancia de nuestro hotel. Tras haber actuado en el mítico festival Fuji Rock incontables veces durante los últimos 28 años con Foo Fighters, Queens of the Stone Age y Them Crooked Vultures, conocía bien su leyenda. Solo que físicamente no podía verlo.

Al caer la noche, permanecí en silencio en el balcón del hotel, envuelto en la niebla y el frío, esperando a que las nubes se abrieran, anhelando alguna prueba de que aquella mole era real. Desgraciadamente, con el paso de las horas, el jet lag hizo efecto y acabé retirándome a dormir con la esperanza de que al día siguiente el cielo se despejara y por fin se cumpliera mi deseo.

Tras unas pocas horas de sueño (quien me conoce sabe que soy alérgico al descanso), regresé al balcón con una manta gruesa y reanudé mi vigilia. Estaba decidido —otra característica que quienes me conocen bien reconocerán— a presenciar en directo cómo la montaña emergía ante mis ojos. Pero… ahora había movimiento. La lluvia amainó y un cambio de viento empezó a separar lentamente las capas de bruma sobre el lago, revelando breves destellos de ángulos afilados del contorno, para luego volver a tragárselos enseguida entre la niebla y la lluvia. Por muy frustrante que fuera, no me rendí. Me senté con paciencia y seguí esperando.

Una prueba de fe, si se quiere.

No pasó mucho tiempo antes de que aparecieran las estrellas en el cielo nocturno, la niebla se disipara de golpe… y allí estaba. Imponente en la oscuridad, jadeé ante su enormidad. Quedé asombrado. Desde esa distancia, me pareció mucho más grande y nítido de lo que lo recordaba desde su base, donde ya había estado muchas veces. Humillado por su gigantesca silueta, mi corazón dio un vuelco cuando mi deseo se cumplió, y me llené de profunda gratitud y humildad. Tenía mi prueba. Me sentía tan pequeño a la sombra de algo tan vasto.

Me quedé sentado durante horas, absorbiéndolo todo.

Cuando el sol comenzó a salir y el horizonte oriental empezó a iluminarse lentamente, vi un destello en el cielo como un relámpago, y una estrella fugaz cruzó justo sobre la cima de la montaña.

Hice un nuevo deseo y empecé mi día. Sin duda, una coincidencia feliz.

A medida que las nubes se van disipando y la vida recobra nitidez, hay muchas razones para sentirse agradecido. Y humilde. Lo sé, y lo siento cada día.

Desde nuestro regreso al escenario en San Luis Obispo hace cinco semanas, hemos recordado por qué amamos y estamos para siempre entregados a esto de Foo Fighters. Desde volver a encontrarnos como banda y enfrentarnos a una lista de canciones acumuladas en 30 años, hasta reinventar versiones con la bendición extraordinaria de Ilan Rubin, el único e incomparable, detrás de la batería; desde reunirnos con nuestros increíbles fans y bombardearlos con todo lo que tenemos (sin importar el tamaño del recinto), porque sin ellos no estaríamos aquí, contamos con un núcleo sólido como nunca. Y por fin, el sol está saliendo sobre el horizonte.

¿Qué mejor forma de compartir esta vista que con buenos amigos?

En 1992 vi por primera vez a la legendaria banda Kyuss actuar en el Off Ramp de Seattle, y fue allí donde conocí a Josh Homme. Eran amigos de un amigo, y no tardé en hacer de su álbum ‘Blues for the Red Sun’ la banda sonora de aquel verano. Treinta y tres años después, tras muchos kilómetros juntos, he compartido algunos de los momentos musicales más gratificantes de mi vida con mi querido amigo Josh. Un vínculo de por vida que va mucho más allá del sonido que hemos creado juntos. Así que con gran alegría anunciamos que podremos compartir este próximo capítulo junto a sus todopoderosos Queens of the Stone Age.

Abróchense.

Pero nada de esto estaría completo sin nueva música que compartir de Pat, Nate, Chris, Rami, Ilan y yo. ‘Asking For A Friend’ es una canción para quienes han esperado pacientemente en la intemperie, confiando en la esperanza y la fe en que su horizonte finalmente aparezca. Buscando “una prueba” mientras sostienen un deseo, a la espera de que el sol vuelva a brillar.

Una de muchas canciones que están por venir…

Observemos juntos cómo esta montaña emerge ante nosotros.

Dave


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