Responsables de un par de discos básicos del thrash metal más técnico, ‘Breaking the Silence’ en 1987, ‘Victims of Deception’ ya en 1991, había muchas ganas de encontrarse con David White
Heathen no hicieron prisioneros. White se presentó bien armado para llevarnos a la añorada tierra del decibelio. Armados solamente con su energía, destreza y repertorio, desde la inicial ‘Dying Season’, del estupendo ‘The Evolution of Chaos’ de 2010, dejaron claro todo su poderío.
‘Opiate of the Masses’ nos devolvió a su época dorada, sirviendo además para que el canadiense Ryan Idris demostrara sus muchas habilidades tras los parches. El también batería de Aggression atacaba su batería sin tampoco ahorrar en florituras, revelándose como otro punto focal más de la banda norteamericana.
Porque lo cierto es que aún sin Lee Altus quien sirve a los todo poderosos Exodus –y era hasta ahora la única constante de la banda junto con el vocalista Dave White–, ésta es una formación de muchos quilates. Da fe el frenético solo que nos regaló Kragen Lum.
White tendría tiempo entonces de buscar la obligada conexión con el público. “Are you ready for a night of heavy metal?” preguntó White como introducción a uno de sus grandes himnos, no otro que ‘Breaking the Silence’, ya con audiencia y banda en total comunión y las respectivas Jackson de Lum y Edissi echando humo.
Para cuando llega ‘Blood To Be Let’ ya somos conscientes de que estamos ante una fuerza del thrash underground de culto, arropados por su técnica.
White sudaba de lo lindo dentro de su chaleco de cuero negro sin que su voz pareciera resentirse lo más mínimo. “Me habían dicho que en el norte hacía frío” había dejado dicho antes Cifre. Lo cierto es que la Gong era poco menos que una caldera a punto de reventar.
En esas estábamos cuando algunos molestos acoples trataron de arruinar el perfecto desarrollo de la velada. La banda, que venía con técnico propio, rectificó para que todo volviese a unos cauces normales en ‘Mercy Is No Virtue’. “This is history in the making” diría el veterano frontman. No se equivocaba.
No te pierdas el último número de la revista This Is Metal
Ya digo que Edissi y Lum hicieron olvidar a Lee Altus con riffs y solos de gran nivel, interactuando con la gente de las primeras filas y mostrándose como la pareja ideal para una banda de estas características.
‘Sun In My Head’ apaciguaría entonces el ritmo del set. Apenas una pequeña bocanada de aire antes de enfrentar el descosido final de fiesta. No faltaron vítores, impulsados por el propio White, como anticipo de uno de sus clásicos de siempre, no otro que ‘Death By Hanging’, donde el suelo temblaba con cada arremetida de Idris contra los bombos. Ello junto al juego de White con el público durante estribillos la convirtieron en una de mis favoritas de la noche.
Pero al repertorio aún le quedaba mecha, como demostró una ‘Hypnotized’ que ya estaba en aquella demo de 1988 en la que el añorado Paul Baloff cantó este tema y ‘Mercy Is No Virtue’. A la postre uno de los momentos más incendiarios de la noche, con nuestros cuerpos bañados en sudor.
Idris, que había derrochado pegada durante toda la noche, llegó algo justo a este último tramo. Algo que se dejó notar en la igualmente intensa ‘The Blight’. La inclusión aquí de un tema de su último álbum demostró la fe que la banda tiene en el notable ‘Empire of the Blind’ y ‘Goblin’s Blade’, de su álbum debut, pondría el cierre abrochando su ya larga trayectoria.
David Perez Naves
Fotografía: Sergio Blanco
Comentarios Cerrados.