Horna con su intenso paso por el Black Templar Fest en Monzón aún grabado a fuego publican ‘Nyx – Hymnejä Yölle’
Desde 1994 su sonido puede haber sufrido sutiles cambios de textura a lo largo de todos estos años, pero la visión de Horna del black metal sin concesiones nunca ha flaqueado: sangre, sudor… innegablemente espeluznante y emotivo. Así forman parte de esa Guardia de Elite.
El 13 de septiembre la oscuridad se desplegó con la llegada de ‘Nyx – Hymnejä Yölle’ el nuevo álbum de Horna. Que puedes administrate en cd, casete y LP, y que encontrarás en este dealer
Horna no necesita presentación, y más si aún estás impresionado por su paso por el gran Black Templar Fest.
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Formados en 1994, cuando no eran más que unos adolescentes, la banda pronto empezó a crear un vasto y prolífico catálogo y, desde principios de la década de 2000, extendió una influencia considerable en el underground del black metal, tanto en su Finlandia natal como en el extranjero.
Y aunque hay tres épocas distintas de Horna – la versión liderada por Nazgul desde finales de los 90 hasta principios de los 2000, luego los febriles años liderados por Corvus desde 2003 hasta 2009, y, finalmente, la formación liderada por Spellgoth que comenzó en la década de 2010 y que ha visto algunos cambios de formación, pero ha repartido pacientemente grabaciones desde entonces – la composición estelar y la interpretación apasionada siempre han sido sus señas de identidad.
Con motivo de su 30 aniversario, HORNA presenta un nuevo álbum que une pasado, presente y futuro: ‘Nyx – Hymnejä Yölle’. Seis temas en 44 minutos y una estructuraúnica en el sentido de que las cinco primeras pistas son variaciones en números romanos de “Hymni», y por lo tanto encajan en un marco de black metal nítido y místico a la vez nostálgicamente antiguo y de alguna manera sorprendentemente “moderno». Luego viene ‘Kuoleva Lupaus’, que cuenta con la participación del antiguo bajista (y actual líder de Kryptamok) Hex Inferi. Solemne y despojado a diferencia de cualquier otra cosa en su discografía extremadamente profunda, este cierre de nueve minutos es esencialmente neofolk, pero inconfundiblemente hecho a la manera Horna. Un final inquietante para una catarsis majestuosa…
Cabe destacar especialmente la producción, podría decirse que es la producción más “limpia» que han tenido hasta la fecha, pero no hace sino realzar dicho misticismo y añadir un brillo agradable a estos furiosos espectros de la canción: la emoción latente llevada a ebullición, el hipnotismo tirando de las cuerdas del corazón en mágica connivencia.
Esto habla de la fuerza de su composición, una vez más, que de alguna manera se las arregla para ser cada vez más centrada y variada a medida que pasa el tiempo. Y aunque los guiños a la era Nazgul son notables -la era Corvus se mantiene fría y sola en su suciedad desgarrada y justa-, esta síntesis de rendimiento y profesionalidad máximos con una composición espectral se convierte en su propia «era». O, simplemente, es Horna. Su leyenda sigue escribiéndose…
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