Joe Bonamassa desplegó su maestría en una de las grandes capitales del rock, Austin, y allí en modo virtual estuvimos para contarlo. El concierto estará disponible durante todo el mes de abril, para verlo tantas veces como quieras. ¡Consíguelo ahora antes de que sea demasiado tarde!
Con el mono prolongado que tenemos de conciertos, se agradece asistir, aunque sea desde la distancia, al que el gran maestro del blues rock actual ha ofrecido este primero de abril desde Austin. Y comprobar con envidia que, aunque sentados en mesa, a distancia y con mascarilla, hubo 700 afortunados que pudieron disfrutar del concierto en la propia sala.
Muy consciente de que los asistentes que han pagado, tanto para acudir en presencial como a distancia, son fervientes seguidores, Joe Bonamassa ha construido un concierto a la mayor gloria de su destreza a las seis cuerdas, donde a temas reconocibles propios se añaden algunas versiones, algo que ha sido ingrediente de su repertorio desde sus inicios. A fin de cuentas Joe nunca pierde ocasión de mostrar sus raíces y gustos, y de paso transmitir la palabra del rock y blues.
Blues rock de alto octanaje, rozando en muchos momentos la improvisación jam en formato de power trio. Con una alineación engañosamente austera. En ella el legendario Anton Fig a la batería, un portento tanto cuando debe ser económico como cuando le toca lucirse, Steve Mackey al bajo, más el efectivo acompañamiento a los coros de la australiana Jade MacRae. Suficiente para armar una noche intensa y contundente, sin concesiones.
Catorce temas para más de dos horas y media, dan testimonio de la extensas versiones, repletas de solos y sorpresas para el regocijo de incondicionales, dejando un poco de todo, sus característicos riffs pesados zeppelianos que salpican ‘Oh Beautiful’ y la siempre inconmensurable ‘The Ballad Of John Henry’, que incluye una excursión extensa al theremin. El hard funk rock de ‘Love Ain’t A Love Song’, que elevó la temperatura en el escenario, se conjuga con la exquisitez de ‘Lookout Man!’, para rematar con la explosión acústica en solitario del primer bis, ‘Woke Up Dreaming’, más intensa que muchos solos eléctricos.
No faltaron cinco revisiones sorprendentes, entre las que destacaron un ‘Midnight Blues’ de Gary Moore reposado y dinámico al mismo tiempo. Un bonito homenaje al guitarrista norirlandés fallecido hace 10 años. La conversión blues muy diferente del ‘Jockey Full Of Bourbon’ de Tom Waits, y una versión absolutamente espectacular del instrumental de alto octanaje ‘Scuttle Buttin’ de uno de los grandes protagonistas del último número de This Is ROCK: Stevie Ray Vaughan.
Toda una clase magistral del más excelso blues rock actual que cerró con todo un clásico del género como ‘Cross Roads Blues’.
Oscar Luis García de Baquedano – Fotografía Allison Morgan
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