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En noviembre de 1980 la voz de Yes publicó ‘Song Of Seven’, una con la única ambición por rodearse de libertad creativa y de la mejor compañía, y que el mismo Jon Anderson explica en This Is Rock.

Asombra pensar que en los planes de Virgin Records estuvo transformar a Jon Anderson en una estrella del pop al modo de Phil Collins. Pero eso es justo lo que ocurrió en los albores de los ochenta.

En febrero de 1980, el cantante había dejado Yes junto con el teclista Rick Wakeman, justo en mitad de la tortuosa grabación de un nuevo álbum (el que terminaría titulándose ‘Drama’ varios meses más tarde). “Para serte sincero, la situación en Yes era por entonces caótica”, declara con un suspiro Anderson, en comunicación desde su hogar en California. “Rick y yo determinamos que ya habíamos aguantado suficiente, y nos fuimos para emprender otras aventuras”.

En ese momento, Anderson tenía un contrato firmado como artista en solitario para la ya mencionada Virgin. “Creo que no yerro si digo que a Phil Collins y a mí nos ficharon más o menos simultáneamente. Yo estaba en ese momento en el sur de Francia, trabajando en mi homenaje al pintor Marc Chagall y en un musical sobre un reino de ensueño [inspirado en el libro “A True Fairy Tale” de Daphne Charters]. Estaba muy motivado por tener la oportunidad de llevar a cabo estos proyectos, y Virgin también parecía muy animada y me mandó como avance un cheque muy jugoso para sellar el trato”.
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