Coincidiendo con la celebración del 40 aniversario de Cuneiform Records, publicará el último lanzamiento de Mother Mallard’s Portable Masterpiece Co.: ‘Make Way For Mother Mallard: 50 Years Of Music’.
Un cd doble con grabaciones inéditas provenientes de la década de 1970 y unas cuantas más realizadas en el año 2019. Son de resaltar los temas en vivo del año 2019, ya que representan las últimas actuaciones públicas de David Borden, el impulso primario que detonó la formación de Mother Mallard a finales de la década de 1960.
No obstante la importancia de David Borden y Mother Mallard, hoy día siguen siendo nombres subterráneos, referencias para iniciados y entendidos que se sumergen en los anales de la música electrónica. Pero quizá sólo tengamos que enunciar la entrada al catálogo de Cuneiform, sobre el artista y el proyecto, para incentivar a todas aquellas personas que disfruten de la música en general: “David Borden es uno de los máximos exponentes de la música electrónica en directo y minimalista… la fuerza impulsora detrás de Mother Mallard, el primer conjunto de sintetizadores del mundo”.
Border formó Mother Mallard’s Portable Masterpiece Co. en la primera mitad del año 1969, tras dos años previos de un arduo y lúdico trabajo en la compañía R. A. Moog, propiedad de Robert Moog, quién en palabras del crítico Ed Hogan, “revolucionó el sonido y el papel de los teclistas con la invención del sintetizador Moog”.
Con una formación como pianista y compositor, Border reseño su estadía “bajo el ala” de Bob Moog: “No me di cuenta de que Bob me estaba usando como persona de prueba hasta varios meses después, cuando quedó claro que finalmente sabía lo que estaba haciendo. Me explicó que yo había ayudado en la investigación para hacer a prueba de idiotas el que pronto sería el famoso sintetizador Moog. Había sido el jefe de los idiotas, lo cual, pensándolo bien, lo disfruté inmensamente”.
Justo en esa etapa de prueba y error donde Border “arruinó algunos módulos en el camino, tratando de entender el sintetizador Moog entonces en desarrollo para hacer música y posiblemente usarlo en actuaciones en vivo”, se posicionó como un pionero cuyo interés ayudo en los cambios de diseño para que el Moog fuera de un uso más sencillo que los modelos anteriores.
A la par que Border experimentaba con el uso del Moog, el sintetizador inició su procesión por diversas grabaciones dentro del mundo del rock. Desde el álbum ‘The Zodiac Cosmic Sounds’, del pionero en la utilización y difusor del Moog: Paul Beaver. Hasta los momentos destacados en los trabajos: ‘The Trip’ y ‘A Long Time Comin’’ de The Electric Flag. Pasando por el tema ‘Strange Days’ de The Doors, surcando las canciones ‘Daily Nightly’ y ‘Star Collector’ de los Monkees y marchando más allá del empleo en el par de pistas del álbum, ‘The Notorious Byrd Brothers’ de The Byrds.
Ahora bien, debe señalarse el éxito del álbum ‘Switched On Bach’, de la compositora Wendy Carlos, trabajo que ayudó a popularizar los sonidos del sintetizador Moog e impulsó las exploraciones de la música electrónica de teclado. En referencia al disco de 1968 de Carlos, el crítico Bruve Eder destacó que “Wendy Carlos había ideado un enfoque artísticamente válido y musicalmente legítimo de la música clásica más tradicional que la hizo no solo aceptable sino emocionante para una generación de oyentes más inclinados hacia los Beatles que hacía Beethoven (y mucho menos hacia Bach)”.
Aunque Eder no dudó en remarcar: “.. .este disco y su éxito también fueron ‘culpables’ de cualquier número de excesos por parte de Emerson, Lake & Palmer, Rick Wakeman (especialmente ‘The Six Wives of Henry VIII’ que, para ser justos, fue su mejor álbum), ‘Tomita’ y otros, y ayudaron a fomentar los bombardeos musicales de múltiples teclados montados por ELP y Yes, para empezar”.
Por su parte, Border, por aquellos mismos años de finales de la década de 1960, estaba avanzando a pasos agigantados en su comprensión del Moog. Usaba el enorme Moog modular y la grabadora de cinta scully de cuatro pistas para concebir nuevas formas de composición, en víspera de usar el conocimiento para tocar música electrónica en vivo. Fue así que nació el Mother Mallard’s Portable Masterpiece Co., para interpretar sus versiones clásicas-minimalistas de compositores contemporáneos como Terry Riley, Steve Reich, Robert Ashley y Philip Glass (quien compondría sinfonías basadas en la trilogía berlinesa de David Bowie).
El año de 1970 fue más que significativo en la historia de Mother Mallard. Aquel año se estrenó ‘Easter’, una composición de pulso tonal para el sintetizador Moog, cuya ejecución en vivo representó la primera actuación pública con un mini Moog.
El sello Cuneiform, reflexionaría posteriormente sobre este suceso: “‘Easter’, anuncia el amanecer de la era de la música electrónica, tanto técnica como simbólicamente. Esta obra de David Borden marca el debut de las composiciones creadas para el legendario mini Moog y de las obras interpretadas en él”.
Una pieza adelantada a su tiempo, cuyos patrones de secuencia repetidos, “son bastante similares a los ritmos mecánicos que Kraftwerk adoptaría mucho más tarde en su carrera”, según el análisis del crítico Louie Borland. De la mano de la adopción de los mini Moog y otros modulares portátiles, surgió la necesidad de ampliar el conjunto, que hasta entonces estaba integrado por Border y Steve Drew.
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Border recordaría el acontecimiento: “Pronto se hizo evidente que necesitábamos otro teclista porque todos los Moogs eran monofónicos (no se podía tocar más de una nota a la vez). Pronto encontramos a Linda Fisher; intrigada por los sintetizadores, decidió unirse a nuestro conjunto. En 1970, Mother Mallard se convirtió en un conjunto de sintetizadores que tocaba nuestras propias composiciones”.
De ahí lo que señaló Borland: “Mother Mallard’s Portable Masterpiece Company es posiblemente la primera banda del mundo con sintetizadores. Aunque Tangerine Dream se formó primero, comenzó como una banda de rock psicodélico utilizando instrumentación orientada al rock. Mother Mallard fue una banda de sintetizadores desde el principio”.
Ahora podemos entender lo que el New York Times apuntó en su momento: “Mother Mallard produce una de las mejores músicas de sintetizador que existen”.
Christopher Rangel
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