Esta semana en Reload recordamos el ‘Remedy Lane Re:Visited’ de Pain Of Salvation

This Is Rock, This Is Metal, Especiales a la Venta

“Y entonces llegó una chica. Una dríade de los bosques…”

¿Cómo podría ni siquiera empezar a describir lo que ‘Remedy Lane’ significa para mí? Probablemente necesitaría relatar mi propio camino a lo largo de esa Avenida del Remedio, para asegurarme que no dejo atrás ninguno de los momentos sísmicos de mi vida (aquellos que causaron que se abriese el suelo bajo mis pies), y que están enlazados a estas canciones de una forma u otra desde que las escuché por primera vez, hace ya tantos años.

Daniel Gildenlöw (voz y guitarras) escribió ‘Remedy Lane’ para encontrar redención para él mismo, y puedes notar desde el “fade- in” inicial que el de Eskilstuna vertió su corazón y su alma en estas trece composiciones: ‘Remedy Lane’ es, por tanto, un álbum tremendamente personal pero, – y en esto reside parte de su genialidad- a un mismo tiempo, trata temas tan universales que te deja emocionalmente exhausto mientras Gildenlöw despliega una saga de amor y pérdida, de dolor e inefable beatitud.

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De momentos de tranquila felicidad mientras te sientas en un tejado caldeado por los rayos del sol a orillas del Danubio junto a tu amante, y de total desesperación mientras buscas una corbata lo suficientemente fuerte como para soportar tu peso mientras te cuelgas de ella.

De despertar al amanecer junto a la mujer que amas mientras la luz del sol naciente juega con sus pestañas, a la agonía de sujetar su mano tras la pérdida de vuestro hijo nonato… en definitiva, todos el espectro de la experiencia humana.

A lo largo de todo el disco, la composición refleja a la perfección estas diferentes facetas, navegando sin fisuras entre la luz y la oscuridad, por todos los grises intermedios y de vuelta al punto de partida –en más de una ocasión incluso dentro del mismo tema– con la fuerza motriz de una composición valiente y única, al nivel de la ejecución instrumental, que permite a la banda saltar de la estructura más familiar y conocida de un tema como ‘Second Love’, a los salvajes patrones rítmicos de “Fandango” o “Rope Ends” a voluntad y con una naturalidad que descoloca al oyente no advertido.

Temas como ‘This Heart Of Mine’, la anteriormente citada ‘Second Love’ o ‘Dryad Of The Woods’ (una favorita personal del que escribe esto) son prodigios de candor e inocencia, que resplandecen y contrastan con el crescendo de ‘Undertow’ mientras describe los escombros de un amor echado a perder o ‘A Trace Of Blood’, un brutal y despiadado fresco maestro, asfixiante en su dolor y desesperación.

Y, cómo no, hay que dar crédito a la voz de Gildenlöw: una enorme fuerza de la naturaleza que se mueve con una facilidad pasmosa entre las profundidades crepusculares de bajos que rozan el gutural, hasta cumbres de agudos imposibles, pero siempre en admirable control de una expresividad rara de encontrar en semejante rango, y que otorga a ‘Remedy Lane’” gran parte de su poder emocional.

Si bien la mezcla original de 2002 ya disfrutaba de una buena producción y mezcla, esta remezcla de 2016 logra incluso mejorarlas gracias al oficio del reputado Jens Bogren. Hay una ganancia en la potencia y claridad con que se escuchan todos los instrumentos, mientras que la separación entre ellos es aún más definida. El sonido en general gana en rango dinámico, en viveza y brillo, todo respetando de forma exquisita la esencia de un disco que, en su primera encarnación ya dejaba poco espacio a la mejora.

Por si lo anterior fuera poco, el segundo disco de esta edición es otro magnífico regalo: ‘Remedy Lane’ interpretado en directo en su totalidad en el ProgPower Festival norteamericano, en su edición de Septiembre de 2014. El concierto suena inmaculado, y la potencia propia del directo salta desde los altavoces de forma que parece que te encuentres entre el público.

El único pero que puedo poner es el mismo que puedo poner prácticamente a todos los directos contemporáneos y es que, a excepción de emplear el tema título como intro al concierto, éste es una copia al carboncillo de la estructura del disco en estudio, sin lugar para la improvisación o la exploración que convierte algunos conciertos en momentos únicos e irrepetibles.
Sin embargo, ésta es una crítica minúscula a una, por lo demás, magnífica edición, más que merecida por uno de los mejores álbumes de metal progresivo del último cuarto de siglo… y del género en su totalidad.
Astronomy Domine

“Siempre seremos mucho más humanos 
de lo que nos gustaría”


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