Slayer aportaron a los 80 la maldad, blasfemia y brutalidad que necesitaba para alcanzar el thrash metal la velocidad del diablo
En 1983 Metallica publicó ‘Kill ‘Em All’, pero al poco llegó Slayer con ‘Show No Mercy’, sus pentagramas, cruces invertidas y dio mecha a una revolución. Llevó aquel thrash metal a un nivel de malvad, blasfemia y brutalidad sin precedentes, definiendo el futuro del metal extremo.
‘Show No Mercy’ fue publicado por el recién creado sello Metal Blade, que aunque fue producido por Brian Slagel, que fichó a la banda tras verles hacer una versión del ‘Phantom of the Opera’ de Iron Maiden, y grabado y mezclado con el ingeniero de sonido Bill Metoyer (Armored Saint, Trouble), el álbum fue financiado en su totalidad por los ahorros de Tom Araya y un préstamo del padre de Kerry King.
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