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Entrevista con Carlos Escobedo, que celebra los 30 años de Sôber, con una gira con próximas fechas en Valencia, Barcelona, Bilbao y Santander

This Is Rock, This Is Metal, Especiales a la Venta

Entrevista con Carlos Escobedo que celebra los 30 años de Sôber, con una gira que llegará a Valencia el 12 de abril, Razzmatazz el sábado 13 abril, y recalará en Bilbao el 20 de abril, y el 18 de mayo en Santander.

Un concierto especial donde no faltarán los himnos con los que la banda ha trascendido. En el This Is Rock 237 publicamos una increíble entrevista con él. Ahora completamos ese viaje para todos los que deseen conocer más de esta gran banda.

Lo cierto es que hay muchos nexos entre el ‘Torcidos’ de 1996 y ‘Elegía’, del 2021. Esa esencia que mencionas es una base muy contundente y la mayor parte de la melodía sobre la voz. Es marca de la casa.
No es algo que provoquemos, porque no está hecho a propósito pensando “qué vamos a hacer aquí”, es solo que nos ponemos a componer y cuando escuchas el resultado y se te eriza el pelo, sabes que tienes un buen tema, lo que no difiere tanto de lo que hemos hecho siempre. Creo que por eso el público siempre ha estado con nosotros, porque no tenemos discos extraños ni cosas raras. Nos sentimos muy orgullosos de todos nuestros discos, con la evolución que haya podido seguir cada uno, pero seguimos siendo nosotros mismos, lo que nos hace sentir muy bien.

Siempre he supuesto que lo de Sôber viene por el tema de Tool, aunque no tengo nada que lo confirme o lo desmienta.
Yo te lo confirmo (Risas). Era fanático de Tool, lo sigo siendo, y cuando buscábamos el nombre para el grupo, como cantábamos en inglés pensamos que esa palabra definía muy bien la estética de la banda, la sobriedad con la que nos tomábamos la música. Aunque teníamos un punto de contradicción, la parte cañera y oscura y luego la melódica, porque escuchabas mucha caña en guitarras y batería pero luego mucha melodía en la voz muy cercana al pop. Era algo que me fascinaba, tocar los dos mundos, por eso al principio decidimos llamarnos Sober Stoned, Sobrio y Pirado, Ido. No podemos engañarnos, aquella canción de Tool nos influenció mucho.

«Era fanático de Tool, lo sigo siendo, y cuando buscábamos el nombre para el grupo, como cantábamos en inglés pensamos que esa palabra definía muy bien la estética de la banda, la sobriedad con la que nos tomábamos la música” Carlos Escobedo

Cuando ‘Syntesis’ ya funcionaba bien y llegó ‘Paradÿsso’ en 2002, hubo otros grupos que mencionaban a Tool como referencia cuando en realidad sonaban a Sôber.
Sí, se convirtió un poco en eso. Tengo un estudio de grabación llamado Cube, donde tras 24 años de trabajo, siguen llegando bandas buscando ese sonido. Luego es “estos son los Sôber de Murcia, los Sôber de no sé donde” (risas). Generas sin darte cuenta un estilo, tanto musical como a nivel de producción y sonido. Esa mezcla de guitarras pesadas y melodía, letras hablando de sentimientos, que no deja de ser un poco raro, nos ha acercado a todas esas bandas.

Bueno, hay que tener cuidado con mencionar a Sôber en público, porque según lo que digas te expones a que te aticen en masa.
(Risas) Lo que pasa es que cuando llevas tantos años juntas a muchísimos fans, hay gente que va y viene, otra que es fan de ‘Synthesis’ y ‘Morfología’ pero que ya ‘Paradÿsso’ no les gusta, porque son etapas de la vida. Incluso mucha gente conoce a Sober a partir de Savia y Skizoo, que enganchón con ‘Superbia’ y sólo le gusta a partir de ahí. Al final confluyen esas diferentes generaciones, gente de nuestra edad que rondamos los 50 y gente que no tiene ni 30, y eso lo vemos en los conciertos, familias, padres con sus hijos y gente muy joven.

La de Sober podía haber sido la historia del grupo que muere de éxito.
Eso es. Pero también por lo que te comentaba, que era nuestro cuarto disco y con ‘Synthesis’ habíamos conseguido meter a 1.800 personas en una sala en Madrid, habíamos tocado con HIM, tocamos en Festimad, y por decirlo de alguna manera, conseguimos hacernos un hueco a base de trabajo bien hecho. ‘Paradÿsso’ fue como estar en la rampa de salida y que alguien te de el empujón y coges más velocidad, pero creo que estábamos en el camino.

¿Crees que si no hubierais tenido vuestra base en Madrid, sino en cualquier otra parte, hubiera sido más difícil sacar el grupo adelante?
No sé, pero si es verdad que entonces Madrid estaba en plena ebullición porque entonces nos había festivales como hay ahora y aquí se hacía el Festimad, que traía a grupos como Limp Bizkit o Rammstein, y si era un buen punto de partida. Aunque claro, aquí metíamos a casi 2.000 personas y en Barcelona a 300. Sí había un salto y poco a poco fuimos convenciendo pero arrancabas ya con tu público.

Lo de Limp Bizkit en el Festimad fue otro momentazo para Sôber , aunque os lo tuvisteis que ganar a pulso.
Sí, yo creo que fue un cúmulo de muchas cosas. Estábamos presentando ‘Synhtesis’, teníamos actuación sobre las 18:00 pero ocurre esto de la cancelación de Limp Bizkit, el cabeza de cartel se va a freír espárragos así que tienen que ir metiendo a los grupos en los diferentes escenarios y antes de anunciar que Limp Bizkit no van a tocar entra la policía y todo. Claro, piensan que si anuncian que el cabeza no va tocar se puede liar. Nosotros estábamos esperando en la zona de Backstage cuando Álvaro, director del festival, sale para anunciar que Limp Bizkit no actuará pero que en su sitio, la banda Sôber va a salir, que eran como las 22:00 y lo que esperábamos es que la gente se dedicara a tirar cosas, y en lugar de eso, el público se nos une y disfruta de nuestro concierto. Creo que ese punto fue muy importante porque al día siguiente muchos medios de comunicación hablan de nosotros y la contratación se dispara porque todo el mundo quería tener en su localidad, en su sala, al grupo. Fíjate, van a ver a Limp Bizkit y salen con un grupo, producto nacional, que funciona. Salimos como guerreros al escenario, a darlo todo. ¡Incluso Antonio reventó una guitarra! Fue tanta la emoción contenida que en cuanto acabó el concierto destrozó su guitarra contra el suelo. Fue muy emocionante.

¿Quienes os acompañan en ‘Retorcidos’?
En ‘Hijos del Miedo’ está José de Castro “Jopi”, que además de tener su carrera como guitarrista de Melendi es un rockero de toda la vida. También está Kolibrí de Marea, con quienes comenzamos prácticamente juntos y desde que coincidimos en el 90 y algo en un concierto en Santurtzi nos hicimos inseparables. Está David de Angelus Apatrida, nuestro queridísimo amigo Alberto Cereijo de Los Suaves, Pablo García de Warcry y también tenemos a Charly López que ha metido un violín en ‘Brazos Altos, Caras Bajas’, porque ya en su día queríamos haber metido un violín en esa canción y lo que obtuvimos fue un tecladito que suena a Camela puro. Así que esta vez queríamos a un violinista de verdad con un violín de verdad. Nos hemos juntado con gente muy buena que ha conseguido añadir los elementos que faltaban para esta nueva versión. Son músicos tan personales que, por ejemplo en el caso de Alberto, cualquier fan de Los Suaves podrá reconocer su solo con los ojos cerrados. Kolibrí ha metido un solo rockero a más no poder que es hasta su sonido, los solos que hace en Marea, y cada uno ha aportado su granito de arena. Otras veces se invitan a cantantes, pero en esta ocasión ha tocado invitar a músicos para darle ese color.

Además de las fechas, tenéis confirmados algunos festivales, e imagino que haréis algo parecido a los conciertos en salas, aunque no sean conciertos de tres horas.
Sí, pero tengo que decir que en estos festivales nos han tratado muy bien y por ejemplo, en el Resurrection Fest donde habitualmente los conciertos son de 50 minutos o una hora, nos han dado 90 minutos. Para nosotros conseguir eso en un festival ha sido la leche. Vale, tendremos que ir directos al turrón, pero vamos a conseguir algo muy dinámico. Será hora y media como si te dan una patada en el pecho!

Hablando de patadas al pecho, la primera vez que escuché a Sober fue previo a ‘Morfología’, en el recopilatorio ‘En Defensa de los Animales’ (Desobediencia, 1998) con ‘Asesinos’, una canción que sólo está disponible en ese disco y que es una auténtica patada en las narices.
Pues fíjate que ahora que lo mencionas, creo que esa es la canción en la que más nos hemos salido de nuestra temática. Entonces nuestro mánager era Nano Ruiz, que estaba conmigo también en Habeas Corpus y dirigía la A.L.A. (Asociación de Liberación Animal), nos dijo “hay que hacer una canción para meter aquí”, y supimos que era el momento de hablar libremente de lo que queríamos hablar. Lo que pasa es que, al margen de esta canción, con las letras de Sôber siempre he querido que la gente pueda llevárselas consigo, que al escucharlas puedas interpretarlas a tu manera y eso es lo más bonito porque una vez la compones y la dejas ahí, la canción es de quien la escucha, y eso es fascinante. Que cada uno la escuche y se la lleve a su problema, a su estado mental… creo que eso es lo que ha ayudado a Sôber a mantener a sus seguidores, que tienen eso de “He crecido escuchando vuestras canciones y me habéis acompañado en el momento en que falleció mi padre, en el momento en que me caso, en el momento que…”. Eso hace que al final esas personas sean como una gran familia.
Bloody Bunny

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