Clutch forman parte de la historia de This Is Rock desde aquella primera entrevista en el número 13. Hoy son una de las bandas fundamentales del rock clásico, pura energía decibélica en vena para quien busca rock bien amueblado.
Clutch pasará por tres ciudades en diciembre presentando su último LP ‘Book Of Bad Decisions’, que hace unos meses Neil Fallon presentó en exclusiva en This Is Rock: el 10 de diciembre en la sala Apolo de Barcelona, el 11 de diciembre en la sala But de Madrid y el 14 de diciembre en la sala Santana de Bilbao. Les acompañarán los suecos Graveyard y Kamchatka.
“No se nos van de la cabeza los discos que más nos gustaban de chavales, como Black Sabbath, Led Zeppelin y ZZ Top, y es fundamental no perder las raíces que te sustentan” Neil Fallon
Vance Powell ha producido ‘Book Of Bad Decisions’, a pesar de que en vuestros dos últimos trabajos el responsable fue Machine [Lamb Of God, Crobot]. ¿Qué motivó el cambio? Hicimos unos discos muy buenos con Machine, me siento muy orgulloso de ellos, pero como cualquier artista, sentimos el impulso de probar algo diferente solo por el mero hecho de cambiar. Mientras hablábamos sobre el siguiente disco, Jean-Paul empezó a ver el nombre de Vance aquí y allí. Su cuñado se ponía mucho el disco ‘Traveller’ de Chris Stapleton, y así lo cuenta JP: “un día en que estaba escuchando Spotify, de repente una canción casi hace que se le revienten los altavoces”.
¿Puedes hacernos una descripción de ‘Book Of Bad Decisions’? Esto es una revista de rock, así que empecemos con las guitarras. Tim se trajo un cargamento de amplificadores, pero Vance tenía ya una colección impresionante de amplis vintage. Es increíble la cantidad de amplis Gibson de los cincuenta que hemos utilizado en ‘Book Of Bad Decisions’. Suenan fenomenales. Incluso llegamos a utilizar uno antiguo RCA, un Public Address. Los tempos son más variados: hay canciones más rápidas que ‘Psychic Warfare’, y otras considerablemente más lentas, que son las que más cuesta tocar siempre, especialmente a una banda como la nuestra. No estamos tan acostumbrados a bajar los mandos y a tocar comedidos.
¿Qué más cosas utilizasteis? Yo un amplificador Benson, que es una marca bastante nueva de Portland, y Dan un Ampeg vintage de los setenta. Supongo que es una de las grandes cosas de Nashville, que nadan en equipo allí.
¿Y qué me cuentas de las guitarras que enchufasteis? Yo me limité a una, la Gibson ES 335, del 2016. Mi favorita de largo entre todas las que he tenido. Va sola, con un sonido genial. Empecé a tocarlas porque pesan menos, y yo estaba empezando a sufrir del cuello con la Les Paul. Aligerar un poco me supuso mucho. Recuerdo que Tim tenía la cinta de varias SG alrededor del cuello. Sé que una de ellas es bastante reliquia, y un poco Frankenstein también: con el cuerpo del 68 y un mástil del 73.
¿Nunca habías usado la 335 en el estudio hasta este disco? Nunca, el disco nuevo es la primera vez. Es importante que yo tenga un tono diferente al de Tim. Resulta absurdo tener a dos haciendo lo mismo y peleándose por el espacio sónico. Y la verdad es que no me quita el sueño tener un mástil que deje hacer arpegios con velocidad de crucero, porque eso es algo que en la vida ocurrirá [risas]. Toco lento y me gusta un tono determinado.
Puedes elegir a un maestro, vivo o muerto, para que te dé una clase de guitarra. Buddy Guy.
Y si pudieras montar la banda de tus sueños, ¿quiénes estarían? Me pillo a John Paul Jones [bajo], Billy Preston [teclados], Steve Marriott a la voz y a Buddy Miles para la batería.
Los suecos Graveyard aportarán su dosis de hard rock a la noche presentando su reciente trabajo ‘Peace’. El sonido de los de Göteborg se mueve por el terreno del mejor hard rock de los 60 y 70. Con claras influencias de grupos como Cream, Leafhound, Black Sabbath o Rainbow, facturan un hard rock con toques de metal, blues y psicodelia.
Abrirá el show los también suecos Kamchatka, trío influenciado por blues/rock de los 60 y 70. Su música mezcla elementos de blues, rock stoner y rock psicodélico.
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