Segundas partes no son buenas. Pero la mala hierba nunca muere. Lo segundo se aplica más al concierto ‘Combat: The Ultimate Revenge 2’. Un puño de acero que comprimía la historia del heavy: de la NWOBHM de Raven al death de Death, del thrash Bay Area de Forbidden al heavy metal de Dark Angel y Faith Or Fear.
Faith Or Fear eran los desconocidos invitados. La banda que pudo ser. Casi como unos fans subidos al escenario. Y lo cierto es que, gracias a una cinta VHS, mucha gente que no estuvo allí al final se sintió parte del espectáculo, casi como si hubiera trepado hasta las tablas del escenario para lanzarse desde allí como unos energúmenos.
El concierto se celebró en Filadelfia, conocida como la “City Of Brotherly Love”, el 23 de octubre de 1988. Y hablando de amor fraterno, un mes antes, el 7 de septiembre, la ciudad había albergado uno de los grandes conciertos del año: tocó Eric Clapton, a punto de recuperarse comercialmente con ‘Pretending’, y a él se unió su “brother in arms” Mark Knopfler, de Dire Straits. Un concierto éste que con el tiempo y los años se puede aprender a disfrutar. Pero, en ese momento, en 1988, sucedían otras cosas más perentorias que pedían otra banda sonora para la juventud.
Por ejemplo, los chavales alborotados de Filadelfia que fueron al Combat 2 tuvieron que desayunarse ese mismo mes de septiembre de Clapton con la siguiente noticia: Un ladrón de cadáveres. Esto contaba el periódico New York Times el 4 de septiembre:
“El doctor Martin Spector, de 72 años, ha sido acusado de comprar cabezas, brazos y orejas a empleados de las morgues de diferentes hospitales de Filadelfia. Las partes de los cuerpos procedían de cadáveres donados a la ciencia por familiares, o que no habían sido reclamados por nadie. El doctor, otorrinolaringólogo, que ha admitido su culpabilidad (aunque se defiende diciendo que lo hacía ‘en beneficio del avance científico’), se enfrenta a una posible condena de 17 años. Según ha trascendido de la investigación policial, el doctor llevaría quince años suministrando partes de cuerpos a diversos institutos de investigación. Unos paquetes dirigidos a Denver, remitidos por el doctor, llamaron la atención por su mal olor. Se hallaron dentro veinticinco cabezas y cinco brazos. En un registro en la consulta del doctor, se encontraron cinco orejas congeladas”.
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