Finiquitada la última jornada del Resurrection Fest sólo nos queda ponerle una etiqueta que se corresponda con lo acontecido y ésta es FIESTA. Así, en mayúsculas.
Porque sí, porque nadie puede negar que lo de Kiss ayer fue un auténtico fiestón. Hasta los más true del asunto terminaron por rendirse al estribillo de ‘Lick It Up’ y retorciéndose como modernos setenteros, con mayor o menor fortuna, al tempo de ‘I Was Made For Loving You’. Pero si la fiesta de Kiss resultó hasta elegante, para terminar de tirar la casa por la ventana ya estaba Alestorm con la sana intención de beberse toda la cerveza que cayera en sus manos, y su pato de goma gigante paseándose por encima del público como un balón de playa. Los ligeros cambios de planes en los horarios no interfirieron en la sensación de desenfado que miles de personas compartían ayer en el recinto que, como unos bien hermanados Prophets Of Rage, lo mismo bailaron al son del ‘Fight The Power’ de Public Enemy que al de ‘Bulls On Parade’ con su “Fuck Trump” incluido.
Frank Carter y sus Rattlesnakes liaron una buena en el escenario principal, con un gran circle pit que entró en competición en tamaño con el que hace unos años lograron despertar Heaven Shall Burn, y ese desparpajo sonoro al que ya nos tienen acostumbrados. Costumbre, que es una palabra totalmente ajena a Igorr y su batiburrillo musical. Por mucho que resulte imposible clasificarles no podemos negarles el don de la atracción, pues en menos de dos minutos congregaron a tanto personal, que el Ritual Stage por momentos parecía el escenario principal. Mark Tremonti venía a presentarnos su cara menos conocida comercialmente, su propia banda al margen de Alter Bridge y Creed, una máquina perfectamente engrasada capaz de desgarrar salvajes riffs y unos solos ejecutados de manera tan pulcra que hasta parecían fáciles de imitar. En la otra cara de la moneda, para contrarrestar tanta felicidad, los riffs malévolos de Eyehategod y la violencia sonora de Exodus terminaron por reventar las pocas fuerzas que nos quedaban tras la intensidad de estos días. Al fin y al cabo ya lo dijeron Kiss “I wanna rock & roll all night and party every day”.
Texto: Bloody Bunny | Fotografías: Jaime García Pérez & Bloody Bunny
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