La tierra de las meigas, del lobishome, de la santa compaña, no necesita de feiticeiras, trasnos ni tardos, para montar un buen aquelare el viernes 13, ya que el único sitio en Galicia donde estar es el Resurrection.
No es sencillo reunir en un mismo espacio a un público tan dispar como el congregado ayer, pero cuando el estribillo de ‘Rock You Like A Hurricane’ es coreado por tantas voces, da lo mismo que sus propietarios hayan asistido al festival por disfrutar del rock del Desert Stage, de la brutalidad del Ritual Stage o de la agresividad del Chaos. Lo que está claro es que Scorpions, la banda que ostenta el récord al mayor número de retiradas de los escenarios, reinaron ayer en Viveiro. Aunque el día despertaba de una manera muy distinta entre el stoner guitarrero de Santo Rostro y el post rock de los madrileños Boneflower. Tardaron nada y menos en aplastar nuestros cerebros a base de death metal los lucenses Barbarian Prophecies, para que los malabarismos sonoros de ‘The Contortionist’ volvieran a recomponernos. No tardaron ni dos minutos en poner al público en movimiento Rise To Fall, con esas melodías que enganchan a la primera. Los que gozaron de una entrada de público espectacular fueron The Wizards, quienes atrapaban en el Desert Stage a todos los que entraban por las puertas con su rock ácido. Más tarde, la contundencia de Suffocation hizo la criba de quienes con curiosidad se acercaron a ver a Megadeth. Los últimos cambios en sus filas han hecho que, esta vez sí, todo el mundo saliera de allí con una sonrisa en la cara. No estaba el bueno de Dave en su mejor momento vocal, pero siendo este el último show europeo, se lo perdonamos. Leprous firmaron, posiblemente, el mejor concierto del día. Lo suyo fue como lo de aquel emperador: llegaron, vieron y vencieron. ¡Qué manera tan espectacular de terminar la tarde! Paradise Lost hicieron lo que tan bien saben hacer, arrastrarnos con su música al rincón más miserable de nuestra psique y God Is An Astronaut compitieron con Angelus Apatrida, cada uno en un rincón del ring. Unos destilaron thrash con toda la mala leche a la que nos tienen acostumbrados, y los otros, convirtieron su actuación en un viaje astral perfecto final para una noche de brujeril.
Hoy, última jornada del festival. Pasen y vean.
Texto: Bloody Bunny
Fotografías: Jaime García Pérez y Bloody Bunny
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