Robbie Robertson tiene un capítulo propio en la historia del rock, donde destaca por The Band, el mítico concierto The Last Waltz, su carrera en solitario y míticas banda sonoras como “Toro Salvaje”. Un ilustre en mayúsculas surgido de un ambiente propio del cine de Martin Scorsese.
Tanto en tu nuevo disco ‘Sinematic’ como en todo lo que has hecho como artista en solitario, como autor de bandas sonoras y con la banda, uno siente que tus canciones se despliegan como películas en miniatura. ¿Cuándo te atrajo por primera vez esta forma de componer tan visual? En mi condición de aficionado al cine, he pensado mucho sobre eso al cabo de los años, cómo acabaron fusionándose música e imágenes, en el formato de una narración. Y creo que me tengo que remontar a antes incluso de unirme a Ronnie Hawkins. La gente de mi generación teníamos películas que se estrenaban entonces, como “La Jungla De Asfalto”, la de John Huston, y una película así me hizo mella. Luego vi otras como “El Tercer Hombre”, o “En Un Lugar Solitario”… y me fui metiendo más en lo que eran las películas y las historias que contaban. Había siempre en ellas una sensación de peligro, como si cualquier cosa pudiera suceder. Eso me intrigaba bastante. Y después, me llegó un periodo de leer sobre esto, y encontré un libro en la calle 47, y también me compraba guiones. Al final, ya cuando llegué a ‘Music From Big Pink’, me vi capaz de alcanzar un sitio donde la cuestión no era ir de un concierto al siguiente, de hacer una cosa y luego otra. En cambio, podía ir a un lugar donde todas las imágenes e historias podían asentarse para mí. Había pensado mucho sobre el tema con anterioridad, pero ése fue el punto en el que comencé a ver las canciones que componía como películas en mi cabeza.
“La historia de The Band es increíble, es imposible inventarse nada así. Y esa fraternidad es lo que celebramos en ‘Once We Were Brothers’”
¿Cuál consideras que es esa canción que creaste en tus años de crecimiento que te encaminó definitivamente como autor? En el Brill Building, me sentía conectado a esa gente. Compuse un tema titulado ‘He Don’t Love You’, y la canción tenía un algo, un sentimiento, y luego entré en una fase góspel y compuse ‘The Stones That I Throw’, y fui evolucionando desde allí. Las cosas estaban encaminándose hacia algún lado, pero no llegué hasta ese espacio en mi alma hasta ‘Big Pink’.
Antes mencionabas el álbum ‘The Band’, y se ha cumplido el quincuagésimo aniversario de su publicación. ¿Hay alguna canción en él para ti especialmente definitoria? No sé si podría hablar de una canción definitoria. No pienso en esos términos. De nuevo, concibo ese disco como toda una obra en sí, así que para mí sería casi como seleccionar una única escena de una película. Tal vez haya una más definitoria, no sé, pero yo nunca he mirado las cosas así. Hay elementos que forman parte de ese todo, con significados diferentes para mí, y sí, creo que es un disco con varios momentos definitorios. Lo que sí puedo decirte es que, después de que compusiera y grabáramos ‘Rag Mama Rag’, sentí bastante orgullo.
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