Los ochenta llegaron con Ted Nugent asaltando nuestros escenarios desplegando la fuerza arrolladora de ‘Scream Dream’ para terminar impactando en Aplauso. En el nuevo número de This Is Rock Martin Popoff se mete de lleno tras las bambalinas del disco más heavy de Nuge que impactó a los baby-boomers.
Rezaba el titular del Toronto Star, “Es un acuerdo de divorcio por sorpresa, en el que hay de por medio sexo y drogas”. Continuando: “Nugent ha obtenido la custodia de sus dos hijos a comienzos de este mes”. La superestrella de treinta años, que, de acuerdo con lo declarado en los tribunales, había tenido unos ingresos de entre cuatro y cinco millones de dólares el año anterior, abrazaba a su hija Sasha, de seis años, y a su hijo Tobey, de tres, a bordo de su jet privado rumbo a Michigan, al poco de darse por finalizado el juicio. A la salida de los juzgados, Nugent había dicho: “Estoy implicado al máximo con todo lo que es la crianza de mis pequeños. Y a partir de ahora voy a pasar mucho más tiempo con ellos. Aunque tengo por delante una agenda aún más exigente de conciertos, con el jet puedo regresar a mi casa en la granja más a menudo. Voy a ser un padre del copón. Cuando juntes todas las horas que voy a pasar en casa, voy a dejar en ridículo a los comerciales de linóleos y a los vendedores de seguros. Voy a ser un padre entregado. No me he divorciado por cantar hard rock. La gente cambia, eso es todo. No atribuyo mi divorcio a mi actividad profesional. Pero no me voy a volver a casar en la vida”.
“Es más que solo un régimen de visitas”, comentaba Ted, hablando abiertamente sobre su divorcio en Hit Parader. “Tengo la custodia compartida de Toby y Sasha. Y he ido a juicio para ganar esta batalla, y lo he conseguido. ¿Sabes lo que es ir a por lana y salir trasquilado? Pues si tonteas con Ted, voy a ser tu peluquero [risas]. Fui allí para defender mi causa. Me planté claramente: no estaba dispuesto a ceder lo más mínimo de lo que son mis obligaciones como padre, de mi instinto de padre hacia mis vástagos, y es algo que nadie, de ninguna forma, bajo ningún concepto, puede negarme. Fui allí y salí con la custodia compartida. Los niños vivirán en una residencia de Michigan hasta que tengan dieciocho o se fuguen [risas], y mi exmujer, la madre de los niños, va a rotarse conmigo cada mes. Perfecto”.
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