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Todo comenzó un 23 de agosto del año 2002 en las fiestas de Santa Isabel en Lugones, hasta allí me desplacé para inmortalizar el primer concierto de Avalanch post Víctor García y Alberto Ardines.

Tomando una cerveza se me acercó un tipo delgado que de aquella no tenía muy controlado, y me preguntó que si me interesaba hacerle una sesión de fotos a un nuevo grupo de nombre Warcry, aquel tipo no era otro que Anibal, el manager de la banda. Quedamos a los pocos días en hacer unas fotos en el casco antiguo de Oviedo, esas primeras fotos apenas vieron la luz, puede que por culpa de mi inexperiencia.

Después de dos discos editados por la banda, ‘El Sello De Los Tiempos’ y ‘Alea Jacta Est’ volvieron a ponerse en contacto conmigo, había muchos nervios por ambas partes. Al cabo de unos días de búsqueda encontré una localización perfecta para una banda con sus raíces en Asturias, los acantilados en la localidad de Bañugues. Todo salió bien aunque he de reconocer que alguno no confiaba demasiado. Días después improvisamos un estudio de fotografía en casa de Víctor, y allí se forjo la portada de mi disco favorito de la banda ‘¿Dónde está la luz?’, publicado en 2005.

Ese mismo año un cinco de noviembre realicé las fotografías de su primer directo titulado ‘Directo A La Luz’ grabado en Madrid en la sala Divino Aqualung. Ese trabajo recibió el DVD de Oro, ocupando además desde su salida el número 1 en la lista de ventas en España.

En 2006 volvieron a contar conmigo para las fotos de su nuevo larga duración titulado ‘La Quinta Esencia’, para entonces ya me hacían sentirme uno más de la banda, se fueron unos y llegaban otros, tanto músicos como técnicos, pero yo seguía ahí. La amistad ya era palpable, cenas, bodas, giras nacionales, partidos de futbol los martes, tres discos más de estudio y un nuevo directo, ese lugar en el escenario donde WarCry comulga con su fans, con aquellos que son el armazón inquebrantable y resistente de esta banda única en el mundo.

Hace poco me enteré de la triste noticia del parón indefinido, tenía que estar con ellos en ese último concierto y así fue. El pasado viernes 14 de febrero quedamos a las 15:30 en el local de ensayo del que dispone la banda en la localidad de Viella. Comenzamos la carga del autobús, no era una carga cualquiera, era la última. A las 16:30 Víctor cerró el portón mientras todos mirábamos con cara de… ¿Habrá más cargas de autobús? Solo el tiempo lo dirá.

Eran cerca de las once de la noche cuando llegamos al hotel de Madrid situado en la localidad de Barajas, subimos las maletas a las habitaciones y nos fuimos a cenar. Sobre la 1 de la mañana regresamos pues al día siguiente tocaba madrugar, teníamos la prueba de sonido de 8:oo a 9:30 de la mañana. Regresamos al hotel y los miembros de la banda atendieron varias entrevistas. A las 14:00 se volvió a quedar para comer, pero lo hicimos en el restaurante del hotel. Bajamos todos menos Víctor, que prefirió seguir descansando. Él siempre atento y preocupado por dar lo mejor a su público, el que en muchas ocasiones se une a él en cuerpo, alma y una sola voz. Tras la comida tocó ese momento de relajación general para bajar los nervios ya que nos esperaba una gran noche.

A las 20:00 h. con puntualidad británica nos recogió un microbus a los técnicos y a la banda, el corto viaje del hotel al IFEMA duró unos 20 minutos, había muchas risas y muy buen rollo, no podía salir nada mal. Tengo que reconocer que yo iba como un flan, después de tantos años haciendo fotos siempre siento un gusanillo en el estómago, sigo sintiendo mucha emoción al hacer fotos en un concierto.

Llegamos y aún me dio tiempo de fotografiar a Ñu, pero mi estomago parecía una centrifugadora. Suena la intro y en la pantalla iba apareciendo y desapareciendo cada uno de los miembros de la banda, ya no había marcha atrás, sonaba por la PA ‘Luz Del Norte’. El show fue lo siempre soñado, despedirse a lo grande ante casi 7000 personas que abarrotaban IFEMA y con un sonido muy bueno, los músicos perfectos y Víctor magistral.

A las 12:20 de la noche se despidieron, ¿para siempre? Sinceramente no lo creo, o es mi corazón el que no lo espera, pero tampoco se lo deseo al heavy metal de este país que les debe a ellos más de lo que muchos se creen. Porque ellos son heavy metal a nuestra manera, sin adornos rimbombantes ni folclóricos aderezos, sólo buenas canciones, himnos para compartir con los amigos, son la voz del heavy que habita esta piel de toro. Como todo el mundo tienen un merecido descanso tras muchos años de gira, grabación, gira. Y como tantos heavys más estoy deseando que vuelvan con más fuerza, a fin de cuentas el camino a seguir lo marcan ellos.

Nos fuimos tras bambalinas a cenar algo y a tomarnos unas merecidas cervezas. A mí aún me dio tiempo a hacer algunas fotos a Obús.

A diferencia de otros viajes en los que poníamos rumbo a Asturias nada más terminar el concierto, esta vez quedamos allí charlando, con los miembros de otros grupos en un ambiente muy distendido, veía a la banda feliz. A eso de las tres nos recogió el autobús y nos llevó al hotel, poco duró el descanso pues a las 7:30 de la mañana tomamos rumbo a casa. Fuimos todo el viaje charlando en grupo, estábamos muy cansados, pero necesitábamos hablar y disfrutar del regreso. Llegamos al local de ensayo y nos fuimos despidiendo todos fundiéndonos en abrazos. Ahora mismo me siento como el título de la última canción que tocaron “Hoy gano yo”.
Sergio Blanco

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