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Hay músicos que han vivido para el directo, animales de escenario que han antepuesto la pasión y las sensaciones durante un concierto a la frialdad de un estudio de grabación. Rory Gallagher era uno de ellos. Pese a tener publicado un excelente disco en directo en el 72, ‘Live In Europe’, sentía que aún no había sabido plasmar en un LP su potencial en vivo. Dos años después rompería todos los límites con su legendario y apabullante ‘Irish Tour ‘74’.

El 11 de noviembre del 73 se había publicado ‘Tattoo’, un disco que no obtuvo el éxito que seguramente merecía, no ya en Estados Unidos, país que jamás le ha dado opción alguna al genio irlandés, sino ni siquiera en Gran Bretaña, donde alcanzó un decente trigésimo segundo puesto en las listas y sólo fue disco de oro. Pero más allá del mediocre éxito comercial, ‘Tattoo’ demostraba la versatilidad de un Rory Gallagher que se abría a diferentes sonidos, como el jazz, el folk, el country y, por supuesto, el blues rock. Esto obedecía, sin duda, a las influencias del propio Rory, que él mismo reconoce en declaraciones del 74: “Cuando empecé a tocar, los primeros artistas que me gustaban eran Lonnie Donegan, Buddy Holly, Eddie Cochran, Elvis Presley, Chuck Berry, Fats Domino y Gene Vincent. Más tarde, Tommy Tucker, Willie Dixon y Muddy Waters, la gente obvia del blues de siempre. Tengo muchos discos de todos ellos”. Esta riqueza sonora tenía que tener su espejo musical en un trabajo en directo que por fin les mostrase a los fans una pequeña fracción de lo que Rory era capaz de hacer sobre un escenario. De las giras de presentación de ‘Tattoo’ se sacó el material para el disco en directo definitivo de Rory Gallagher, y además, teniendo en cuenta la vena reivindicativa y políticamente comprometida de este irlandés con su patria, tuvo las santísimas narices de utilizar Belfast como uno de los lugares de los que sacaría grabaciones para el disco. Los otros dos fueron Dublín y Cork, su localidad natal.

https://www.youtube.com/watch?v=c5Hsu-A-WYM

Los conciertos de Rory Gallagher anteriores a los de Irlanda tuvieron unas acogidas excelentes por parte de prensa y público. Por poner un ejemplo, Jackie Finch, con motivo del concierto dado el 8 de diciembre de 1973 en el Rainbow Theatre de Londres, escribía literalmente: “Cuando el brillante Rory Gallagher apareció en directo en el Rainbow, nos ofreció una de las mejores actuaciones que jamás haya visto en mi vida. Desde el minuto en el que Rory apareció sobre el escenario hasta los inevitables bises, estuvo superlativo”. No son de extrañar las alabanzas recibidas, ya que en lo estrictamente musical, aparte de la genialidad y el virtuosismo de Gallagher a la guitarra, contaba con una banda perfectamente engrasada, tres músicos con los que se compenetraba a la perfección desde que debutaran por primera vez juntos los tres en el álbum ‘Blueprint’: Gerry McAvoy al bajo, Lou Martin a los teclados y Ron De’Ath a la batería. Este cuarteto haría historia en el rock mundial, con especial mención para Gerry, inseparable bajista que acompañaría a Rory durante toda su carrera en solitario, justo tras disolver Taste.
Por Fran García (puedes seguir leyendo este artículo en la revista de Julio de This Is Rock).

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