Hubo un tiempo en que el rock y la música clásica parecían géneros inconciliables. Se creía que el rock debía quedarse con los instrumentos eléctricos y «pesados» mientras que la música clásica debía conservar su elegante y vieja tradición.
Sin embargo, a lo largo de las décadas se ha observado que la conjunción de ambos géneros puede entregar proyectos colosales, como el caso de Metallica y la Orquesta Sinfónica de San Francisco. El arte de Ara Malikian también está en ese ámbito de geniales fusiones entre violín clásico y temas de Guns N’ Roses, Radiohead, Dick Dale, Led Zeppelin, entre otros.
En los últimos años, Strad es otra de las propuestas que ha aunado el violín clásico y otros géneros como el pop, el rap, el flamenco y, por supuesto, el rock. El madrileño Jorge Guillén es “El Violinista Rebelde» detrás del proyecto Strad, donde además participan Tania Bernaez, Vicente Hervás, Joaquín Alguacil y David García. Juntos ofrecen innovadores espectáculos donde no hay sitio para el conservadurismo artístico.
Desde muy pequeño, Jorge Guillén se mostró prodigioso con el violín. A los 9 años dio su primer concierto importante junto a la Orquesta de Madrid en el Teatro Monumental de la capital. Desde allí, su talento le ha otorgado numerosos premios y reconocimientos, siendo considerado como uno de los más grandes violinistas de la actualidad.
En efecto, Jorge Guillén y su propuesta Strad han recorrido varios países con su magnífica música. Rusia, Alemania, Hungría, China, Japón, Cuba, México, Ecuador, Brasil y Estados Unidos son solamente algunos de los lugares en donde se han presentado. La crítica especializada de cada país ha coincidido en alabar su propuesta rebelde y original.
Su última gira se titula ‘‘Mundos Opuestos’’, en la que fusionará temas propios con clásicos del rock, flamenco, pop y música clásica. Para la ocasión, STRAD utilizará un violín clásico fabricado en Viena en 1700 y un violín eléctrico fabricado en Japón hace poco más de un año, informan desde la web oficial. Una propuesta bastante interesante, pues a diferencia del modelo clásico, el violín eléctrico no tiene caja de resonancia.
Además de las virtuosas cuerdas de “El Violinista Rebelde», existe el poderoso respaldo de un teclado, un bajo y una batería. También incluyen guitarras y djs cuando los temas lo requieren, por ejemplo, cuando tocaron junto al célebre rapero y compositor español El Chojin.
Strad se viene convirtiendo en el proyecto paradigma de la fusión del rock y la música clásica. Sus seguidores cada vez son más a nivel mundial y esperan que la banda no detenga las sorpresas en los próximos meses. Al respecto, Jorge Guillén y su grupo saben que están haciendo música inusual en un tiempo donde predominan dos o tres géneros en la industria musical contemporánea.
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