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Ghost, liderados por el Papa Emeritus IV, daban en Madrid un nuevo paso en su recolección de almas perdidas.

This Is Rock, This Is Metal, Especiales a la Venta

Ghost, liderados por el Papa Emeritus IV, y acompañados de Uncle Acid & The Deadbeats y Twin Temple, formaciones de la escudería de Rise Above –sello que descubrió a Ghost hace ya mucho tiempo–, convirtieron Madrid en una celebración de lo pecaminoso. Llevaron universo neopuritano el antídoto milagroso.

Ghost no tuvo que recurrir a la pólvora mágica para atraer a sus feligreses infernales, su poder de convocatoria va calando poco a poco, y cada días somos más. Esperamos que esta marcha herética llegue explosionar del todo.

Ghost lo tiene todo, además de una gran puesta en escena, tiene eso que es básico, actitud y canciones que enganchan a una audiencia transversal. Ya sean beatos de iglesia de domingo o pecadores compulsivo, todos terminan entregados al profeta desde los primeros acordes del show.

Pero hasta llegar a esa comunión desfilarían inicialmente por el escenario, el matrimonio James, o lo que es lo mismo Twin Temple, el combo de rock ‘n’ roll ocultista liderado por Alexandra y Zachary James. Llegaron a la capital cristiana católica apostólica para seducirla con su misa negra, altar incluido. Ante un numeroso público receptivo nos deleitaron con una original mezcla de doo-wop de los años 50 y 60, soul, R&B y una pasión total por cine clásico de cine de terror.

Uncle Acid & The Deadbeats cuentan con una buena base de fans dentro del underground doom rock, pero el público de Ghost no es precisamente su parroquia a juzgar por la primera respuesta. Hasta que una incendiaria interpretación de ‘Shockwave City’ rompía las barreras para una comunión plena con un público, aún más pendiente de la arribada del cabeza de cartel que de la colección de riffs monolíticos que despachaba el cuarteto comandado por la guitarra y voz del misterioso Kevin Stars, siempre oculto tras su larga melena.

Tobias Forge y sus apóstoles Nameless Ghouls ofrecía a las almas congregadas en el Palacio de Vistalegre una homilía repleta de pasajes nuevos y clásicos, que no harían más de atraer a su seno nuevos adoradores. Un show impoluto que refrenda que están deberían estar llamados a ser protagonistas de primera línea de un futuro en el que el rock y metal sigan siendo la sangre de la que bebemos los pecadores de convicción y la gente de malavida. Hail Satan!
José Ángel Muñiz Fotografía: Sergio Blanco

 

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